“Nos ha tocado el gordo”
Teresa Torres, de Alicante, relata la larga lucha en los tribunales para que se eliminara de su hipoteca la cláusula suelo
“Me ha tocado el gordo, la auténtica lotería”. Teresa Torres, natural de Alicante, lo anuncia con enorme alegría. Pero no se refiere al sorteo de la lotería de Navidad que ayer se celebró. Ella habla de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que obliga a los bancos a devolver todo lo cobrado en las denominadas cláusulas suelo en caso de que sean declaradas nulas. Y que para Teresa y para su marido, Emilio Irles, ha supuesto una gran victoria tras años de lucha contra el Banco Popular.
La historia de Teresa y Emilio comienza en el año 2001. Solicitaron una hipoteca al banco para la compra de una vivienda. Llegaron los años de la burbuja inmobiliaria, los pisos subían de valor, ambos tenían trabajo, y decidieron en el año 2007 solicitar dos ampliaciones de crédito para realizar unas reformas en casa. En ese momento, la cláusula suelo que les imponía el banco subió del 2,5% al 5%; lo que impedía aplicarles las bajadas del Euribor.
En el 2013 el Tribunal Supremo decidió anular esas cláusulas bancarias, pero no con efecto retroactivo. Ellos seguían pagando un 5% que con el tiempo les ahogaba la economía familiar, más aún cuando él, electricista, se quedó en el paro; y ella, cocinera de un colegio, a duras penas tenía un sueldo suficiente para afrontar los 1.200 euros de hipoteca.
Lo que distingue a esta pareja es que decidió luchar. Para ello recurrieron a un abogado, Francisco García Cerrillo, de Elx, que los animó y acompañó en esta titánica lucha contra todo un banco de ámbito estatal. “Desde el banco nos decían que no teníamos nada que hacer, que nos iban a hacer la vida imposible, que recurrirían una y otra vez, que nos íbamos a gastar más en abogados que en lo que pudiéramos lograr de los tribunales”. La presión, recuerda Teresa, era “diaria”. Incluso, cuando un mes no lograron pagar la amortización y los intereses, los amenazaron.
“Se nos amenazó con embargarnos”, recuerda con enorme tristeza. “Les llegamos a pedir una dación en pago, pero se negaron”. Tuvo que ir su abogado a hablar con la sucursal para dejarles claro que esa pareja iba a luchar hasta el final, que no se iban a rendir antes las presiones, enormes, de la entidad financiera.
Ganaron en primera instancia en el juzgado mercantil número tres de Elx, pero la entidad recurrió a la Audiencia de Alicante y fue esta la que, tras conocer el fallo del Supremo, planteó la cuestión al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
“Fueron muy valientes los magistrados de Alicante. Hay que reconocer el valor de estos jueces, que no dudaron en defender los derechos de estas personas”, subraya el letrado de la pareja.
Tras ganar en primera instancia, Francisco García recuerda que los afectados pidieron la ejecución El banco llegó a amenazar con embargar la vivienda cuando la pareja dejó de pagar un mes de la sentencia y el Banco Popular depositó 24.000 euros, de los que no pudieron disponer durante el proceso por estar recurrido. El letrado estuvo en la vista que se celebró el pasado 26 de abril de 2016 en Luxemburgo.
La victoria de Teresa y Emilio tiene aroma a película estadounidense, pero no es ficción, es real. Teresa relata feliz que tuvo conocimiento de la sentencia el mismo día de su cumpleaños, el pasado miércoles. “No me lo podía creer, ahora podré recuperar mi dinero y hacer frente a mi vida con normalidad”. Su letrado es contundente: “La justicia ha sido justa y estas personas han logrado que otras miles puedan ver reconocidos sus derechos”. Teresa, no obstante, añade: “Lo que más me duele es que en el camino muchas víctimas de estas cláusulas ya no podrán disfrutar la victoria”.