Dos libios secuestran un Airbus, lo desvían a Malta y se entregan
Un extraño secuestro aéreo, que trajo a la memoria imágenes en blanco y negro y métodos terroristas muy usuales en el pasado, terminó ayer felizmente, sin daños para ninguno de los protagonistas, en la isla de Malta. Dos ciudadanos libios secuestraron un Airbus 320 de la compañía Afriqiyah Airways, con 118 personas a bordo, que se dirigía a Trípoli. Lo desviaron a Malta y se entregaron luego sin oponer resistencia. Las armas que exhibieron –dos pistolas y una granada de mano– resultaron ser de juguete.
Los motivos reales de los piratas del aire son todavía confusos. Según una de las versiones, dijeron ser partidarios del depuesto y luego asesinado líder Muamar el Gadafi. Su acción habría servido para exigir la puesta en libertad de uno de los hijos del dictador libio, Saif, encarcelado en su país y condenado a muerte. Un ministro libio señaló que los secuestradores pretendían pedir asilo político, pero este extremo fue negado por el primer ministro maltés, Joseph Muscat, que tuvo un gran protagonismo durante las horas tensas en las que el avión estuvo en la pista del aeropuerto de La Valeta e informó de lo que estaba ocurriendo a través de tuits.
El avión procedía de una ciudad en el interior de Libia, Sabha, en pleno desierto. Sabha fue siempre un punto de parada de las caravanas y hoy hace la misma función en el tráfico de inmigración ilegal desde el África subsahariana. El aparato se dirigía a Trípoli, a una hora y diez minutos de vuelo. Los secuestradores, al parecer, pretendían desviarlo hasta Roma, pero el piloto les convenció de que no tenían suficiente carburante para llegar a la capital italiana y que lo más sensato era aterrizar en Malta.
Tras varias horas de negociación, los piratas decidieron poner en libertad a los pasajeros y luego a
Los secuestradores llevaban armas falsas, querían volar a Roma y pedían la liberación de un hijo de Gadafi
los asistentes de vuelo. Finalmente salieron ellos dos. Uno llevaba una bandera verde.
La crisis afectó el tráfico aéreo en la zona. Un total de 44 vuelos sufrieron retrasos o fueron desviados a los cercanos aeropuertos sicilianos de Catania y Palermo.