La CUP ve imposible la entente con el Estado y empuja a la vía unilateral
En la asamblea general de Esparreguera en mayo pasado, la CUP aprobó “forzar” un referéndum unilateral de independencia que deber celebrarse como muy tarde en enero de 2017. No obstante, los cuperos matizaron esta exigencia posteriormente y han ablandado ligeramente su pensamiento. Tanto que ayer formaron parte de la reunión del Pacte Nacional pel Referèndum conscientes de que la convocatoria de Carles Puigdemont serviría para hablar primeramente y únicamente de un referéndum pactado con el Estado. Así fue.
A la cumbre acudió por parte de la CUP Anna Gabriel, acompañada por la también diputada Mireia Boya y el miembro del secretariado nacional Quim Arrufat. Gabriel aseguró que Catalunya ya tiene la legitimidad para hacer la consulta; por tanto, una vez “se confirme definitivamente” que el referéndum acordado no es posible, “esperamos que el resto de partidos y entidades estén con nosotros y que nos acompañen para cumplir el objetivo de referéndum o referéndum”. Un mensaje dirigido a los comunes o, en palabras de Gabriel, “a cualquier formación que crea que los derechos democráticos como el de autodeterminación se exigen y no se claudica ante ellos”.
Sin embargo, el referéndum, pactado o no, prometido por el presidente de la Generalitat para septiembre del próximo año contenta a los cuperos. La cumbre de ayer, una reclamación desde julio de la CUP, tenía que servir para demostrar “la unidad que genera la convocatoria del referéndum de autodeterminación”. Así lo expresó Gabriel antes de entrar a la reunión, Luego anticipó que de la cumbre “saldremos con el mandato de buscar una vía pactada” para celebrar el referéndum, “y, aunque no confiamos en ella y tenemos indicios suficientes para pensar que no se dará, aquí estamos, apoyando a aquellas formaciones y agentes sociales que sí que confían en ello”.