El gordo amarga la Navidad del PSOE
La rocambolesca peripecia de un décimo premiado indigna a los empleados de Ferraz y alarma a los dirigentes del partido
Un gran final para un año difícil”, celebraron oficialmente en la dirección interina del PSOE el pasado jueves. El motivo lo anunciaron ellos mismos: “Felices porque muchos trabajadores de la casa de Ferraz han sido agraciados con el gordo de Navidad”. Lo que así empezó lleva en cambio camino de acabar como el rosario de la aurora, tras el escándalo desatado por los cinco décimos que llegaron a Ferraz premiados con el gordo –que suponen una golosa recompensa de 2 millones de euros, salvo el pico que se queda Montoro– y por la rocambolesca peripecia del boleto que el gerente del PSOE, Gregorio Martínez –al que todos conocen como Goyo–, presuponía que obraba en su poder. El resultado final, al menos por ahora, es un auténtico incendio desatado entre los empleados que trabajan en el departamento de administración de Ferraz, que se sienten damnificados, y la alarma de la gestora del PSOE y de numerosos dirigentes del partido por las repercusiones de este sainete. “Es bochornoso el espectáculo que estamos dando”, resumió un dirigente. “Lamentable”, zanjó otro.
Entre una película de Berlanga y un guión de Azcona: así es como algunos cuadros del PSOE y empleados de Ferraz ven la polémica que se está desarrollando en la sede federal de Ferraz desde que el gordo recayó en el número 66.513, justo el de los cinco décimos que se repartieron entre el gerente del partido y otros dos empleados, para a continuación repartir participaciones de los dos décimos premiados restantes entre el conjunto de la plantilla de administración.
No se trataba del número que de manera oficiosa compran cada año en Ferraz y que después adquieren desde los simpatizantes o las visitas que acuden a la sede hasta los periodistas que habitualmente se ocupan de la información del PSOE, que esta vez fue el 91.674, y que no resultó agraciado con ningún premio.
Los cinco décimos del gordo habrían sido regalados por el lotero del paseo de la Esperanza al empleado que fue a adquirir la lotería para el PSOE –que es familiar suyo–, según la versión que denunciaron los empleados de Ferraz a los que sólo se les entregaron participaciones de 5 euros de dos de los décimos del número premiado. El empleado que compró el número de Ferraz asegura, en cambio, que también compró los otros cinco décimos, finalmente premiados, y que no fueron ningún regalo del lotero. Hasta la gestora del PSOE, dado el escándalo, se vio obligada a emitir un comunicado en la noche del jueves, asegurando que “algunos trabajadores de la sede federal del PSOE, a título personal, fueron agraciados con el premio gordo de Navidad”.
La cuestión es que uno de los décimos premiados –al que le corresponderían 400.000 euros– fue a parar al gerente del partido. El in- cendio entre los empleados de administración de Ferraz se debió a que muchos entendían que estos cinco décimos premiados, al considerar que habían sido regalados por el lotero por la cantidad de lotería que había comprado el PSOE –más de 30.000 euros–, se debían haber repartido entre el conjunto de la plantilla y no ir, entre otros, al bolsillo del gerente.
El sainete dio una nueva vuelta de tuerca ayer por la mañana, cuando trascendió, según confirmaron fuentes socialistas, que el gerente acudió a última hora del jueves a una comisaría de policía para interponer una denuncia por la desaparición de su polémico décimo de lotería. Y es que, cuando buscó el décimo, Goyo Martínez no lo encontró. Pensó que lo podía haber perdido, pero tampoco había la seguridad de que no hubiera sido robado, después de la polémica generada en Ferraz. Ante la duda, el gerente acudió a una comisaría para denunciar su pérdida y evitar así, según fuentes socialistas, que otra persona pudiera cobrarlo.
Pero apenas unas horas después, fuentes socialistas confirmaron que había aparecido el dichoso boleto perdido. Pero ya no obraría en manos del gerente, sino que lo habría intercambiado con un conocido suyo. Así que en cuanto esta persona se lo comunicó, Goyo Martínez acudió de nuevo a la comisaría para retirar la denuncia.
La situación, no obstante, ni se ha calmado ni se ha resuelto. La irritación entre los empleados que se consideran damnificados fue a más, y algunos incluso amenazaron con interponer una denuncia contra el gerente. Por ahora, lo único claro es que el gordo está amargando la Navidad en Ferraz.
“Es bochornoso el espectáculo que estamos dando”, lamentan cargos del partido ante la polémica