Los diez propósitos
Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad.
Tiro de una redundancia irrebatible (ya ven, como Rajoy) y así salvo este artículo de entrada, por si acaso usted decide no pasar del primer párrafo. El jefe pidió hace unos días que el diario de hoy, 24 de diciembre, tuviera cierto aire navideño, sección de Internacional aparte. Es decir, hacer de tripas polvorón, dejarse llevar por la espuma (del cava) de estos días.
–Au, va, ¡què és Nadal!, exclamó arrastrando la última a.
Seamos sinceros: a mi estas fechas, ni fu ni fa. No consigo metabolizarlas. Suelen ser un rompecabezas (a ratos, un rompecorazones si hay ausencias en la mesa, aunque eso daría para otro artículo). La cosa se complica si a una le toca hacer de alma máter perteneciendo como pertenece a la liga del abrir y servir. Esto no significa que no entienda que haya quien viva estos días como una fiesta detrás de otra hasta el atracón final, el 31.
No quiero hablar de Navidad, aún así, acataré, jefe. No sólo porque tengo un lado pelota, sino porque no deseo que acabemos como Verlaine y Rimbaud, a tiros.
Hoy es Nochebuena y mañana, Navidad. Y esta es mi lista de propósitos. Que sean decisiones.
1. No escribo, no, me apasiono (ahora arrastro yo la o). Soy una cámara con el obturador abierto, como decía Christopher Isherwood en Goodbye to Berlin. Intentaré contenerme en nuevos artículos.
2. No pienso esperar más a quien me haga esperar. La impuntualidad es odiosa y el tiempo, oro. Tictac, tictac, tictac.
3. Voy a beber y a follar mucho... ¿Que ya no tengo veinte años y eso ya lo quería hace veinte?... Pues borro lo de beber, que el alcohol me sienta fatal, pero reitero lo otro y subo la apuesta.
4. Prometo querer mucho a los que me quieran a mi más o menos y no callarlo. A los demás, perdón, que les den. ¿Y cómo se ama mucho mucho? “Como la trucha al trucho, mamá”. Cómo si no.
5. Si puedo, me daré un capricho. ¿Para cuándo ese viaje a Japón?
6. Pocas cosas odio más que los juicios y, sobre todo, los prejuicios. Me resistiré a que me lleve la corriente de lo políticamente correcto y del pensamiento único. Y la de las redes. Las cosas reales pasan en el mundo real. El resto, cuando no sirven a alguna causa noble, está de más. Haré y pensaré lo que me dé la gana.
7. Usaré cremas contra esa arruga fea de expresión que marca mi frente. Y que salgan otras arrugas, serán bienvenidas. Tictac, tictac, tictac. Intentaré no pensar demasiado en las otras cicatrices, las del alma, y me sacudiré los sufrimientos inútiles. Evitaré mirar atrás si no es para observar desde dónde se coge carrerilla.
My dear, these things are life.
8. No perderé más calcetines.
9. Voy a vivir intensamente, a hacer que pasen cosas. Seré una kamikaze.
10. No volveré a escribir una lista de propósitos que no pueda cumplir.
Y Santas Pascuas.
En la lista de decisiones para el 2017: ni juicios ni prejuicios, vivir como una kamikaze y hacer mucho el amor