Sánchez Flores se queda sin Copa y sin aplausos
Nuevo proyecto y nuevo tropiezo en la Copa para el Espanyol, que sigue coleccionando fracasos ante equipos de categoría inferior. Antes de un Segunda como el Alcorcón fue un Segunda B como el Mirandés en la campaña 2011-2012, el fracaso más sonado del Espanyol de Pochettino. Aunque la historia reciente del club está llena de este tipo de campanadas: tras conquistar la Copa en el 2000, el equipo cayó eliminado en treintaidosavos ante el Terrassa en su último año en Segunda, y en la misma ronda ante el Alicante primero y el Lleida después, ambos en Segunda B. Tras la Copa del 2006, el Espanyol ha caído en dieciseisavos ante un Rayo de Segunda B, en octavos ante otro Segunda B como el Poli Ejido y ha sufrido las citadas eliminaciones ante Mirandés y Alcorcón. Siete eliminaciones sonrojantes entre dos títulos.
El del Alcorcón del jueves es el primer fracaso para el Espanyol de Quique Sánchez Flores, pitado por primera vez por su propia afición, que hasta ahora había sido el gran refugio del técnico. Quique no ocultó su decepción, aunque trató de matizar el alcance de la derrota. “Lo que ha pasado nos decepciona. No sé si estamos muy preparados para competir, pero queríamos pasar esta ronda, no lo podemos negar”, señaló. Para el técnico, la eliminación se produjo por la conjunción de bajas, rotaciones y dos malos partidos de sus hombres. “No se puede saber cuándo perdimos la eliminatoria, porque han sido más de 210 minutos. Dejamos que el Alcorcón nos igualara y no se vio diferencia entre categorías. No tuvimos las ideas necesarias para crear y nos metimos en un partido más complicado de lo que queríamos. El error fue llevarlo a los penaltis, donde puede pasar cualquier cosa”, analizó el técnico.
Lo que ha demostrado la eliminatoria, tanto en la ida como en la vuelta, es que el equipo que ha logrado construir Sánchez Flores no tiene alternativas ni piezas de recambio. “Lo que no se puede pedir a los que no juegan habitualmente es lo mismo que a los que juegan”, trató de disculpar el técnico los errores de los suyos. Eso y que los que actuaron no lo hicieron con convicción. “No hay excusas”, señaló David López, uno de los jugadores más comprometidos en el campo. Fuera de él, Álvaro Vázquez se molestó por no salir, pateó una nevera y el técnico lo envió al vestuario. “Se equivocó, porque aquí no hay individualidades”, dijo Quique al respecto. Antes de irse de vacaciones el técnico mantuvo una conversación con Jordi Lardín, aunque el jueves se vio que al equipo le falta algo más que cubrir algunas posiciones.
UN PECULIAR BALANCE COPERO Desde el 2000, el equipo ha alternado dos títulos con siete eliminaciones ante rivales de 2.ª y 2.ª B