Qué blanco era mi valle
La que durante años fue una presencia habitual en Val d’Aran se convirtió en un hecho extraordinario el pasado lunes cuando los comensales de Casa Irene, el conocido restaurante de Arties, se sorprendieron al ver sentado en una de sus mesas al rey Juan Carlos, acompañado de Miguel Arias, ahora conocido restaurador pero, en los años setenta, director de la estación de esquí de Baqueira Beret. Tras más de una década sin pisar el valle y bastante más sin practicar el esquí, el emérito (denominación que no le gusta nada, por cierto) regresó al que fue uno de sus destinos fijos de vacaciones invernales durante más de cuarenta años y lo hizo para asistir a la presentación del libro que la periodista vasca Itxaso Elorduy ha escrito sobre el conocido valle pirenaico. El acto tuvo lugar en la Borda de l’Artiga, un salón perteneciente a Casa Irene, restaurante y hotel, donde el rey Juan Carlos cenó y pernoctó antes de regresar a Madrid.
Irene España inauguró en 1974 un pequeño restaurante (luego ampliado con el negocio del hotel), el mismo año en el que el entonces príncipe Juan Carlos empezó a ir a Val d’Aran. Ya rey no faltó a su cita con este local ninguno de los años en los que acudió a la estación, bromeando con la propietaria a cerca del apellido que les unía. Juan Carlos empezó a frecuentar Baqueira por la presencia en la estación de Miguel Arias, miembro de una familia dedicada a los deportes y el negocio de la nieve, quien le convenció de las bondades de las pistas que una década antes había abierto su tío Luis Arias. El flechazo fue total y Juan Carlos, Sofía y sus tres hijos empezaron a pasar una semana entre las Navidades y Reyes, excepto en contadas ocasiones como cuando la familia real, junto a la familia del rey, celebró la llegada del milenio en la residencia La Mareta de Lanzarote. Allí estaban, todos reunidos, cuando el 2 de enero murió la condesa de Barcelona.
Cuando iban a Baqueira, la familia real se alojaba en el hotel Montarto hasta 1982, cuando empezaron a usar una de las ca- sas aranesas de la urbanización La Pleta. No fue un regalo, puesto que la casa era y sigue siendo propiedad de la empresa que gestiona la estación pero sigue a disposición de la familia real.
PISTA DE PRINCIPIANTES
Los actuales Reyes ya han dejado claro que, tras cumplir con sus compromisos oficiales, prefieren pasar sus vacaciones de verano fuera de Marivent, pero el asunto de Baqueira es diferente. El mes de febrero del 2004, aún prometidos, la pareja acudió a la estación y Letizia Ortiz incluso esquió pero el uso de la cuña evidenció que no tenía mucha práctica y ya nunca más ha vuelto. Se tiene constancia de que en alguna ocasión, al menos en su etapa como príncipes de Asturias, han estado en estaciones de Suiza, Austria y Estados Unidos. Pero no es esa la razón por la que no van a Baqueira, sino por el nuevo código de conducta de la Casa Real ya que los Reyes no pueden aceptar la cesión gratuita del uso de la casa, sería necesario firmar un convenio para pagar la estancia. Otro lío.
INFANTAS
EN LA NIEVE
Durante años, la infanta Cristina, marido e hijos fueron los usuarios habituales de la casa de Baqueira tanto en invierno como en verano, acompañados en ocasiones por familiares de Iñaki. También la infanta Elena y sus hijos han usado la residencia. Por cierto, la infanta Cristina estuvo el miércoles en Barcelona asistiendo a una reunión con sus compañeros de la Fundació La Caixa que se cerró con una comida navideña. La infanta, lógicamente inquieta a la espera de la sentencia del caso Nóos, quiso dejar claro que piensa seguir viajando a España.