Piratas y millones
Patrici Tixis, el presidente del Gremi d’Editors de Catalunya, es un verdadero observador. Y como los verdaderos observadores habla sólo lo imprescindible. Nada que ver, pues, con estas recientes diarreas orales, con ínfulas políticas, que nos han tocado en una tómbola en la que la mayoría no habíamos comprado ningún boleto. Cuando tienes delante a un verdadero observador has de ir con mucho cuidado, con mucho tiento porque estas gentes lo ven todo y, además, suelen estar muy bien informadas. O sea, que cuando Tixis va de traje y corbata tiene una cierta presencia romana, en su versión más auténtica, que es la discreta. A mí me recuerda a otro amigo, Giovanni Maria Vian, que es el director de
L’Osservatore Romano.
Si hablo aquí de Patrici Tixis es porque el lunes se celebró la Nit de l’Edició y porque nuestro protagonista anda muy preocupado con los piratas. Y razón no le falta. Para algunos, entre los cuales me encuentro, los piratas eran aquellos personajes que nos llenaron la infancia y la primera adolescencia de barcos, islas caribeñas, botellas de ron, cañonazos, abordajes, cuevas, mapas y tesoros. Es decir, Robert Louis Stevenson, que fue el primero que nos supo dibujar un pirata: Long John Silver. Ya saben, pierna amputada y muleta, parche en un ojo y un loro sobre el hombro. Aquellas novelas de piratas siempre nos las regalaban algunas tías o primas mayores que nosotros. Todos estos, pues, que dicen y repiten que ahora las mujeres leen más que los hombres, no saben lo que dicen ni lo que repiten. No tienen ni idea. Las mujeres, algunas mujeres, siempre han comprado, leído y regalado más novelas que la mayoría de hombres.
Pero ahora las cosas han cambiado, las nuevas adolescencias y juventudes lo quieren todo gratis, lo consiguen y las consecuencias, hablando de libros, son que con tanto pirata suelto se está condenando al hambre real a los escritores. Me refiero a los que no están subvencionados por el régimen, por cualquier régimen, a base de premios o similares. No todos los piratas se dedican a robar libros, pero si hablo aquí sólo de ellos es porque el oficio de Patrici Tixis tiene que ver con los libros y con los editores, a quienes los piratas de libros en España les roban 200 millones anualmente. Algunos escritores dirán, y quizá con razón, que también algunos editores tienen algo o mucho de pirata, pero sin editores no se publicarían libros. Ya sé que ahora todos somos escritores. Ya sé que esto de los libros tampoco es ya lo que fue porque, ahora, cuando no se sabe qué hacer se escribe un libro. Y lo malo no es escribir un libro y publicarlo. Lo malo es obligar a los pobres lectores a pagar las consecuencias de los problemas psicológicos del escritor, que gracias al libro se evita tener que ir al psiquiatra, algo que no es barato. Pero, pese a todo lo dicho, algunos aún necesitamos los libros y, por consiguiente, también seguimos necesitando a los editores. Porque la alternativa al editor que muchos practican es sólo onanismo. Y el onanismo, además de triste, cuando ha pasado un rato, aún empeora más las cosas.
Se ve, eso decía Patrici Tixis el lunes, que el Gobierno ha anunciado la creación de una fiscalía antipiratería. No te rías, Long John Silver. No te rías, que te veo.
patrici tixis “Su oficio tiene que ver con los editores, a quienes los piratas les roban 200 millones”