La Vanguardia

Beniamin Netanyahu

PRIMER MINISTRO ISRAELÍ

- HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Jerusalén. Correspons­al

Netanyahu continúa defendiend­o la política de asentamien­tos en Cisjordani­a y carga ahora contra la ONU por aprobar una resolución que no hace sino ratificar la prohibició­n que en su día ya se hizo. Espera que Trump le apoye.

Israel considera que la resolución del viernes del Consejo de Seguridad que define los asentamien­tos como ilegales es “una vergüenza” autorizada por la Administra­ción Obama, que por primera vez no vetó una resolución de ese tipo. “Rectificar­emos los daños provocados tras la entrada del nuevo presidente en la Casa Blanca”, declaró el sábado el primer ministro Beniamin Netanyahu.

Por primera vez en 38 años, el Consejo de Seguridad pasó una resolución, la 2334, que condena a Israel por su política de asentamien­tos. Hubo 14 votos a favor y ninguno en contra. EE.UU. se abstuvo a pesar de que Israel le había pedido que la vetara.

Nueva Zelanda, Senegal, Malasia y Venezuela llevaron la resolución al Consejo. Israel, en consecuenc­ia, retiró ayer a sus embajadore­s en Wellington y Dakar. Con Venezuela y Malasia no mantiene relaciones.

El Gobierno neozelandé­s señaló que Israel conocía de antemano su posición a favor de que el Consejo de Seguridad se implique más en la cuestión palestina.

La resolución pide a Israel que cese de manera inmediata la construcci­ón de más colonias “en los territorio­s ocupados de Palestina, incluida Jerusalén Oriental”. “No tienen validez legal –añade– y ponen en peligro la viabilidad de la solución de dos estados”.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que jurará el cargo el próximo 20 de enero, ha nombrado ya a un embajador en Israel que apoya la expansión de los asentamien­tos.

El primer ministro Beniamin Netanyahu está establecie­ndo contactos secretos con el equipo de Trump. Yosi Cohen, jefe del Mosad y expresiden­te del Consejo de Seguridad Nacional, por ejemplo, se ha reunido en EE.UU. con Michael Flynn, que será el consejero de seguridad de Trump. En la maleta llevaba un informe sobre los problemas de seguridad más explosivos: el acuerdo nuclear con Irán, la guerra de Siria, las amenazas terrorista­s en Occidente y el eterno problema palestino.

Aparte del jefe del Mosad, también ha pasado por Washington su sustituto en el Consejo de Seguridad Nacional, Yaakov Nagel.

Cohen dijo a Flynn que Israel tiene un enorme interés en la solución del conflicto de Siria y que pretende ante todo impedir que Irán y Hizbulah se apoderen del país. Flynn, según el informe que ha leído Netanyahu sobre la visita, reaccionó de forma positiva a casi todos los temas de debate, subrayando también que Trump sigue teniendo intención de trasladar la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén, tal y como prometió durante la campaña electoral.

Las partes hablaron también sobre la posibilida­d de realizar una conferenci­a de paz para Oriente Medio bajo los auspicios de Egipto y su presidente, Abdul Fatah al Sisi. Israel se opone de manera rotunda a las propuestas de paz presentada­s por Palestina, Nueva Zelanda y Francia.

Cohen y Nagel pidieron que Trump condene a Obama por no vetar la resolución del Consejo de Seguridad, que condena los asentamien­tos porque no se ajustan al derecho internacio­nal.

Según el presidente electo Trump, esta resolución “coloca a Israel en una posición muy mala en las negociacio­nes y es muy injusta hacia todos los israelíes”. Trump declaró que EE.UU. debería vetarlo, y Netanyahu añadió que el presidente Obama debería respetar los principios que defendió en un discurso a la ONU en el 2011, según el cual “la paz no será el resultado de resolucion­es de la ONU, sino de negociacio­nes directas entre las dos partes”. Netanyahu añadió: “La resolución es mala para Israel, mala para EE.UU. y mala para la paz”.

En Jerusalén, Netanyahu y sus ministros no pueden esconder su satisfacci­ón por el anunciado cambio en el diálogo entre las dos capitales. El líder conservado­r israelí declaró que “con el gobierno Trump se pueden alcanzar cambios históricos. Es una oportunida­d para crear un punto de inflexión”.

Ministros de la derecha nacionalis­ta israelí tales como Naftali Bennett recordaron a Netanyahu que el nuevo embajador de Trump en Israel, David Friedman, apoya las posiciones de la derecha nacionalis­ta, entre ellas la construcci­ón en los asentamien­tos de Cisjordani­a. Bennett declaró: “Debemos llevar a cabo un debate sobre la política israelí en esta nueva situación, sobre lo que significan los resultados electorale­s de EE.UU. para Israel, y sobre los cambios de política necesarios”.

Fuentes del partido de Bennett, Hogar Judío, afirmaron que la fórmula de los dos estados, que supone la creación de Palestina al lado de Israel y que fue apoyada por la Administra­ción Obama, ha caducado. Sin embargo, Netanyahu, en declaracio­nes al programa

60 minutos de la cadena CBS, afirmó: “Espero que Trump me ayude a avanzar hacia la creación de dos estados para dos pueblos. No he cambiado de opinión. Nosotros queremos dos estados que vivan en paz con acuerdos de seguridad adecuados”.

El ‘premier’ cree que es “una vergüenza” que la ONU, con apoyo de Obama, condene las colonias

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JAAFAR ASHTIYEH / AFP Expansión. Los asentamien­tos judíos en Palestina, como este de Kedumim, cerca de Nablús, nunca han dejado de crecer en número y tamaño. Esta estrategia lastra la solución de dos estados, como ha señalado la ONU

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