‘TANT SE VAL D’ON VENIM’
Unos 15.000 turistas de promedio asisten a los partidos en el estadio blaugrana, lo que repercute en la facturación del Barcelona
Unos 15.000 turistas de promedio asisten a los partidos en el Camp Nou, lo que repercute en la facturación del Barcelona.
Takashi Amuso se declara un tanto decepcionado. Por fin cumple su deseo de ver un partido en el Camp Nou, pero no juega Messi. Es un partido atípico, contra el Hércules, y el astro argentino ya está de vacaciones. “No tendremos tiempo de volver”, lamenta el turista, japonés, que viaja con su esposa. A Kelly Gage, natural de Birmingham, le da igual quien juegue con tal de verlo en directo en un estadio convertido en uno de los grandes polos de atracción turística de Barcelona y del país. El FC Barcelona no dispone de cifras explícitas, pero calcula que cada partido reúne un promedio de 15.000 turistas en el Camp Nou. Es decir, la mayor parte de la media de 24.000 asientos liberados por los abonados va a parar a manos del turismo, nacional o internacional, que convierte el estadio en un Babel de lenguas, razas y procedencias.
Un reciente estudio de Goalnomics a partir de la venta de entradas en un portal de internet concluye que los británicos forman la principal colonia extranjera del Camp Nou, con un 17%, por delante de los espectadores procedentes de EE.UU. (8,9%) y México (8,2%). La gran mayoría (66%) son de otras nacionalidades. Es el único campo de fútbol que figura en la prestigiosa lista de Lonely Planet de los 500 mejores lugares del mundo para visitar. “Recuerda a los anfiteatros romanos, especialmente cuando decenas de miles de seguidores cantan el himno”, precisa esta guía. Esto no sucede de manera habitual, pero no deja de ser un buen reclamo y alimenta la mística de un estadio que hoteles, agencias y operadores de viajes venden como una experiencia inolvidable: “Empápese del emocionante ambiente mientras la multitud corea y aplaude para animar a su equipo. Después, prepárese para ver cómo algunos de los mejores jugadores del mundo se enfrentan a sus rivales, desde su asiento estratégicamente ubicado”. “A medida que los jugadores salen al campo, escuche como ruge el público y cante junto al rebosante estadio mientras los hinchas animan a sus jugadores favoritos”.
Según Jordi Cardoner, vicepresidente responsable del área social del FC Barcelona, la presencia de extranjeros en el Camp Nou poco tiene que ver con la nacionalidad de los patrocinadores del club. Es decir, no porque sea Qatar se detecta mayor presencia de espectadores de este país, como no habrá muchos más japoneses cuando la temporada que viene Rakuten se convierta en principal mecenas. Pero sí influyen determinados jugadores. Cuando jugaba Ibrahimovic el Barça inscribió a un millar de socios suecos, que perdió en casi su totalidad cuando el delantero deproyecto jó el club. “Se trata de un fenómeno turístico normalmente ligado a un paquete. Muchos de los espectadores extranjeros también compran museo, que recibe 10.000 visitantes al día”. El club facturó en el último ejercicio 158 millones de euros con las actividades ligadas al Camp Nou, el 23% de los ingresos totales (679 millones). La venta de entradas generó 57,5 millones y el museo recibió 1,9 millones de visitas –de las cuales sólo 12.000 corresponden a socios del club– que dejaron 32 millones en la caja.
El turismo del Camp Nou es una moda que ha venido para quedarse, y su consolidación es uno de los factores que justifica el de ampliación del estadio, que tendrá 15.000 localidades más, y la total renovación de todo el recinto. El Barcelona calcula que sus ingresos en concepto de estadio se incrementarán así entre un 25% y un 35% y la inversión de 600 millones de euros podrá amortizarse en un plazo razonable.
Cardoner explica que la persecución de la reventa de entradas por parte de grupos organizados (113 socios han sido expedientados por vender sus abonos para el clásico del pasado día 3) ha fomentado la liberación de localidades por parte de los abonados que no asisten a los partidos y ha influido en la normalización del fenómeno turístico en el estadio. Con motivo del clásico se liberó la cifra récord de 8.000 butacas, que el club puso a la venta y la mayoría fueron adquiridas por turistas y aficionados del Real Madrid.
Esta circunstancia ha abierto un debate para los próximos años. ¿Perjudica el turismo a la esencia del Camp Nou?, ¿el estadio va camino de convertirse en un parque temático para el turismo en detrimento del barcelonismo? El Barcelona tendrá que encontrar el equilibrio entre su esencia histórica y su papel de industria económica en expansión, de la misma manera que se define como una entidad familiar y catalana con vocación global. La espectadora Kelly Gage, por ejemplo, no estaba al corriente de los valores, las costumbres o el significado histórico del FC Barcelona y su campo, con lo que su experiencia en el partido contra el Hércules resultó superficial en contraposición a la del socio que va al estadio en cualquier circunstancia, como si fuera un deber. Sea como sea, los ingresos por taquillaje aumentaron un 17% en el último ejercicio.
Un estudio de la consultora Deloitte indica que el 6% de los turistas de la ciudad tiene en el FC Barcelona el motivo principal de su visita. “Queremos que en un futuro este 6% sea del 7%,8% o9%”, planteó Josep Maria Bartomeu, presidente de la entidad, que genera 1,3 millones de pernoctaciones al año en la ciudad, el equivalente al 54% de las que produce el turismo de congresos, reuniones y eventos. No hay duda de que el Barça y el Camp Nou constituyen un motor económico y un polo de atracción de primera magnitud, aunque según las estadísticas municipales la Sagrada Família sigue atrayendo el doble de visitantes que el museo del Camp Nou.
EL RECLAMO TURÍSTICO “Empápese del emocionante ambiente mientras la multitud corea y aplaude para animar” LA REFLEXIÓN El fenómeno plantea un debate sobre la convivencia entre la esencia del Camp Nou y el turismo