De la moda ecológica a la ‘eco-couture’
Reciclar todo tipo de materiales se ha convertido en una fuente de inspiración que, además, marca tendencia
Cremalleras, preservativos (rechazados tras la prueba de control de calidad), flores, papel de periódico. O pelo, viejos ositos de peluche, plástico, telas, plantas... Cualquiera de estos elementos pueden llegar a inspirar a los diseñadores que van ganando terreno, sobre todo en los últimos dos años, en el mundo de la moda. Aquellos que, tras procesos más o menos complicados, a veces industriales y en la mayor parte de las ocasiones artesanos, hacen sus propuestas de moda reciclada. Puede ser prêt-à-porter o alta costura. Es lo que algunos ya han bautizado como eco-couture.
Lady Gaga fue una de las pioneras en romper moldes. Es difícil olvidar su aparición con el vestido y los zapatos hechos con tiras de bistec crudas. O sus estilismos a base de pelucas violeta, papel film o bolsas de basura. Por lo general es Ami Goodheart la diseñadora que está detrás de las rarezas más sonadas de la excéntrica cantante. Se trata de una artista dedicada sobre todo al diseño de disfraces que, siempre bajo el paraguas de la moda sostenible y ecológica, ha vestido también a Adriana Lima o Susan Sarandon, además de ser una celebridad en su ámbito por sus trabajos para el cine y la publicidad.
Una de las creaciones más espectaculares de Goodheart fue un traje que diseñó con pasta italiana. Incluía hombreras de challah (pan trenzado habitual en las festividades judías) y lo acompañaba con sombrero y cartera de pan y choco-
late... De hecho, Goodheart no es la única artista obsesionada con poner en la balanza lo efímero de la moda y de los alimentos. La diseñadora Mia Byzander montó un vestido con repollos para lucirlo en una campaña a favor del tratamiento ético de los animales que se marchitó antes de lo previsto.
Por su parte, la diseñadora Neri Oxman ha creado la última máscara para Björk. Se trata de Rottlace (sin piel en islandés), una captura biológica hecha con la impresión 3D de materiales plásticos que presenta la complejidad de las texturas, huesos y músculos y tejidos blandos. Y también del plástico, pero procedente de condones desechados tras no superar la prueba del control de calidad, están hechos los vestidos que la artista brasileña Adriana Bertini presentó en su exposición Dress up
agains AIDS en el Flower Museum de Los Ángeles, para concienciar en la lucha contra el sida.
Más allá de los casos más insólitos o reivindicativos, la moda reciclada tiene también su presencia en el mercado, en la pasarela, en las alfombras rojas y en palacio. Sin ir más lejos, el pasado mes de marzo, la entidad que recoge y gestiona la recogida de envases en España, Ecoembes, y la pasarela MFSHOW organizaron un laboratorio para promover la sostenibilidad y el reciclaje en la moda. Ganó la colección de Moisés Nieto elaborada a partir de los plásticos de las botellas de agua. “Algunos de los vaqueros y las camisetas que usan los jugadores del Barça están hechos con ese material reciclado”, recuerda Cristina Muñoz, responsable de comunicación de Ecoembes, que venderá su moda en el Recycling Market del próximo mes de junio.
La conciencia también ha llegado a las tiendas H&M recoge prendas desechadas en sus propios establecimientos desde el 2013. A medida que aumentan la recogida, incrementan la fabricación de prendas hechas con algodón reciclado. Su gran embajadora es la princesa Victoria de Suecia, que hace sólo unos días asistió a la gala de entrega de los premios Nobel con un vestido de alta costura de H&M (a medida) de poliéster obtenido del reciclaje de plástico.
Antes, hace ocho meses, en la Met Gala 2016 de Nueva York, Emma Watson, Margot Robbie y Lupita Nyong’o se unieron al green carpet challenge impulsado por EcoAge y Calvin Klein con vestidos también hechos con botellas recicladas, seda y algodón orgánico. Todo suma a la tendencia ecofriendly a la que se adscriben firmas como Med Winds, la moda de inspiración mediterránea que entre sus productos icónicos tiene una mochila realizada con telas desechadas de velas de barcos. Igual de ecofriendly es la filosofía de Mireia Playà, una diseñadora de zapatos veganos que renuncia a la utilización de materiales de procedencia animal. O de Urban Fawn, firma de joyería que sólo utiliza materiales nobles (y de minas responsables) que están libres de cianuro, mercurio u otros agentes químicos agresivos con el entorno.
Hay vestidos hechos de plástico reciclado, como el de Victoria de Suecia, pero también con flores, papel o preservativos