Represalia israelí contra la ONU y varios países
Netanyahu suspende relaciones con quienes, como España, condenaron los asentamientos
Beniamin Netanyahu ha respondido con represalias inéditas a la resolución aprobada el viernes por la ONU que determina que los asentamientos judíos en Cisjordania son ilegales. El premier israelí ha citado a los embajadores de los países miembros del Consejo de Seguridad para protestar por su voto.
A raíz de la imprevista derrota diplomática israelí en el Consejo de Seguridad de la ONU el viernes pasado, el primer ministro Beniamin Netanyahu ha aprobado medidas sin precedentes, definidas por el diario Maariv como su “guerra mundial”. En pleno día de Navidad, Netanyahu –que ostenta también la cartera de Asuntos Exteriores– convocó a los embajadores de los países miembros del máximo organismo de la ONU para protestar por su voto contra Israel.
La resolución 2.334 determina que los asentamientos judíos en Cisjordania son ilegales pues se encuentran en territorios ocupados por Israel. Este dictamen es una victoria moral para los palestinos y está por ver qué efectos prácticos puede tener. Netanyahu ha dicho que no piensa acatarlo. Asimismo, ayer bloqueó 7,8 millones de dólares que Israel iba a destinar a la financiación de las instituciones de la ONU.
Entre los diplomáticos que se han reunido con Netanyahu estaban los encargados de negocios de países como España (Miguel Moro), Francia, Japón, Uruguay, Angola, China, Rusia, Francia, el Reino Unido, Nueva Zelanda, Senegal, Egipto y Ucrania. También acudió el embajador de Estados Unidos, Dan Shapiro, que recibió una reprimenda personal del premier israelí por la decisión de Washington de no imponer el veto a la resolución, ya que se abstuvo por decisión personal del presidente Barack Obama. En gran parte de los casos, los embajadores están de vacaciones por Navidad, por lo que acudieron a Jerusalén los número dos de las embajadas.
Netanyahu decidió a su vez cancelar la reunión prevista con el primer ministro de Ucrania en Jerusalén y decidió no reunirse con la premier británica, Theresa May, ni con el máximo líder chino en el próximo encuentro económico de Davos.
El mes próximo, Francia celebrará un encuentro internacional al más alto nivel para reactivar el proceso de paz con los palestinos, bloqueado desde el 2014. Netanyahu teme que EE.UU. presente una hoja de ruta que perjudique a Israel y que luego el Consejo de Seguridad la apruebe antes de que el 20 de enero Obama pase el testigo a Trump.
De ahí la ofensiva diplomática que ha lanzado Netanyahu y que, una vez con Trump en la Casa Blanca, querría reforzar con sanciones económicas contra los países “enemigos” de Israel.
De momento, Netanyahu ha pedido a sus ministros que no se reúnan con altos funcionarios de los 14 países que votaron en contra de Israel y que se abstengan de visitar dichos países, entre ellos España. Una alta fuente del Ministerio de Exteriores dijo a La Vanguardia que “se trata de una petición directa del primer ministro”.
Netanyahu ha mantenido una dura conversación telefónica con el secretario de Estado John Kerry. “Durante décadas –explicó a sus ministros– hubo discrepancias entre ambos gobiernos entorno a los asentamientos. Sin embargo, siempre acordamos que el Consejo de Seguridad no era el lugar para resolver estas diferencias.
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El jueves le dije a Kerry que los amigos no arrastran a otros amigos a dicho organismo”. Y añadió: “Nuestros aliados republicanos y demócratas en EE.UU. entienden que se trata de una resolución irresponsable. La resolución indica que el barrio judío en la ciudad vieja de Jerusalén es zona ocupada, al igual que el Muro de las Lamentaciones. No hay absurdo más grande que este”.
Ayer, tanto el líder centrista Yair Lapid –considerado principal rival de Netanyahu–, como el líder de la oposición, el laborista Yitzhak Herzog, atacaron con dureza la reacción de Netanyahu. Lapid señaló que “lo que vemos es una debacle peligrosa en las relaciones exteriores de Israel y en nuestros lazos con las potencias mundiales y algunos de nuestros mejores amigos. Se trata de una resolución peligrosa, pero esa no es la forma de enfrentarla, ya que así solo se agrava el daño”. Lapid apoya la construcción en los tres grandes bloques de asentamientos que ahora impulsa Netanyahu, ya que en el pasado se pactó con los palestinos que cada metro en estos bloques que quede bajo soberanía israelí se compensará con un intercambio de territorios para los palestinos. No obstante, el líder centrista se opone rotundamente a la construcción en otros lugares aislados de Cisjordania, ya que dificultan la continuidad territorial del futuro estado palestino. Netanyahu le replicó que “Israel es un país con orgullo nacional y nosotros no ponemos la otra mejilla. Nuestra reacción es ponderada y determinada, y definirla como una guerra mundial es ridículo”.