Alfonso Prat-Gay
Argentina está en recesión, con un PIB negativo del 3,5%, y la inflación en el 40%
EXMINISTRO ARGENTINO
Después de sólo un año como ministro de Finanzas, Prat-Gay (51) fue destituido ayer. La recuperación económica no llega. Argentina está en recesión (el PIB cayó un 3,8% en el último trimestre) y la inflación se ha disparado un 40%.
Diciembre venía tranquilo en Argentina. Mes en que los saqueos, altercados y piquetes forman parte de la tradición navideña desde el menemismo y, sobre todo, desde la crisis del 2001. Nada de eso sucedió este año pero paradójicamente por ello el presidente Mauricio Macri decidió ayer despedir a su frustrado superministro del área económica, Alfonso Prat-Gay. La medida abre una inesperada crisis política y crea incertidumbre ante la llegada de las ansiadas inversiones extranjeras que han de reflotar una economía en recesión. El PIB cayó un 3,8% en el último trimestre y la inflación roza el 40%.
“El presidente le pidió la renuncia”, confirmó en rueda de prensa en la Casa Rosada el primer ministro, Marcos Peña, aunque la dulcificó aclarando que Prat-Gay estaba volando a la Patagonia para comer con Mauricio Macri en la casa donde el mandatario pasa las fiestas. Peña reconoció que el motivo de la marcha son “diferencias” internas. El primer ministro agregó que “no son discusiones de política económica, sino más incomodidades o ciertas discusiones sobre cómo era la mejor forma de garantizar coheaunque rencia y consistencia a un equipo”.
Prat-Gay, un economista de 51 años que había sido presidente del Banco Central (2002-2004) y estaba bien valorado por los mercados, era formalmente ministro de Hacienda y Finanzas, aunque cuando fue designado hace un año estaba llamado a ser el superministro económico que nunca fue, pues nunca llegó a coordinar los otros cinco ministerios del área (Energía, Trabajo, Producción, Agricultura y Transporte). El ministro tuvo diferencias importantes con el propio Peña y especialmente con el titular de Energía, Juan José Aranguren, por la revisión del cuadro tarifario.
Cada día era más evidente el enfrentamiento interno con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, más centrado en controlar la inflación que en estimular el crecimiento, como defendía Prat-Gay. Este año está previsto cerrarlo con una caída interanual del PIB del 3,5%, aunque las previsiones para el 2017 son optimistas y se esperan un crecimiento por encima del 3%.
La inflación oficial es del 38%, pero analistas privados aseguran que supera el 40%. La segunda más alta del continente, tras Venezuela. Prat-Gay prometió al asumir que en un año se situaría en torno al 25% y, se lograron bajadas mensuales, el objetivo no se cumplió y parece difícil que se reduzca a un dígito al finalizar el mandato de Macri, como prometió el presidente.
Junto a la inflación, otros indicadores negativos señalan que, a pesar de la relativa paz social con que pasará diciembre, la economía no mejoró sustancialmente con la salida del kirchnerismo, a quien el gobierno responsabiliza del lastre. La pobreza alcanza a un tercio de la población, el desempleo ronda el 10% –se cuenta como ocupados a los trabajadores informales–, el consumo cae mes a mes y las inversiones extranjeras no acaban de llegar.
En este sentido, Prat-Gay logró cerrar el contencioso con los fondos buitres que permitió que Argentina volviera a obtener financiación internacional. E impulsó una amnistía fiscal con resultados exitosos para conseguir que parte de los 200.000 millones de dólares en negro que se presume que poseen los argentinos en el extranjero sean blanqueados. No obstante, hace sólo unos días Prat-Gay perdió su última batalla después del acuerdo de Macri con los sindicatos y la oposición para bajar el IRPF.
Macri opta por reforzar la imagen de que quien controla la política económica es el presidente y, definitivamente, no quiere un superministro. La cartera de Prat-Gay la ha dividido en dos ministerios: Nicolás Dujovne, un economista mediático, será el titular de Hacienda y Luis Caputo, hasta ahora secretario de Estado del ramo, de Finanzas.
Si en cualquier país el cambio del ministro de Economía ya conlleva una marejada, en Argentina es tradicionalmente un temporal, cuyos efectos sólo se verán al reiniciarse en marzo el curso político, que ahora se detiene por las vacaciones estivales de enero y febrero.
HACIENDA Y FINANZAS Sale Prat-Gay y el ministerio se desdobla: Dujovne en Hacienda y Caputo en Finanzas DIFERENCIAS INSALVABLES El presidente había bajado el IRPF en contra de la opinión del político defenestrado