Aurélien Le Genissel
Dieciséis artistas reflexionan en la Blueproject sobre lo femenino
CODIR. BLUEPROJECT FOUNDATION
La Blueproject Foundation de la calle Princesa reúne en la exposición HerSelves a dieciséis mujeres artistas que reflexionan sobre la condición femenina desde sus propias vivencias y experiencias personales.
Las mujeres han tenido y tienen que pelear duro por hacerse visibles en el espacio del arte, sin grandes resultados hasta la fecha: de las exposiciones en los museos de una ciudad supuestamente abierta como Barcelona, sólo el 14% están protagonizadas por creadoras. Lo cual no sólo impide que escuchemos sus voces, sino que hace que la propia imagen de la mujer y de lo femenino, su representación asumida, continúe marcada por la imperante mirada masculina. De ahí que una exposición como HerSelves, que puede contemplarse hasta el 26 de febrero en la Blueproject Foundation, protagonizada por artistas mujeres que reflexionan en primera persona sobre el hecho de ser mujer y la condición femenina, aparezca como una rareza y una oportunidad desestabilizante.
HerSelves reúne a dieciséis artistas, en su mayoría jóvenes e inéditas en Barcelona, “que construyen un relato personal y alternativo al relato dominante ya sea desde una dimensión política, sexual, desde el terreno de lo íntimo o en relación al propio lenguaje de la representación”, señala Aurélien Le Genissel, uno de los integrantes del equipo curatorial de la muestra cuyo título es un juego de palabras a partir de una declaración de Julia Kristeva en la que la que la filósofa y psicoanalista aseguraba que el hecho “de que exista una generalidad de la condición femenina únicamente debería ser una manera de permitir a cada una de ellas expresar su singularidad”. Las obras incluidas en HerSelves, aunque diversas en sus visiones, temáticas y formatos, participan casi todas ellas de una misma actitud desafiante, desmontando ideas preconcebidas a veces de forma poética y perturbadora como en el vídeo de la inglesa Eliza Bennett A woman’s work is never
done (El trabajo de una mujer nunca se acaba) en el que la propia artista usa la técnica del bordado para coser dolorosamente su propia piel con diversas capas de hilos. La pintora británica Sarah Maple retrata a Britney Spears con el pelo medio rapado, en la misma pose en la que aparece Frida Kahlo en su
Autorretrato con pelo Corto (“para una mujer denunciar su sexualidad es el máximo acto de desafío”, dice la artista) y la californiana Alyson Provax se refugia en su propia intimidad con una obra (Time wasting experiment) que recorre todo el espacio, salpicado de pequeñas cartulinas en las que durante tres años inmortalizó momentos en los que creía estar malgastando el tiempo.
También es autobiográfico el trabajo de Kelly Connell, que reconstruye relaciones sexuales vividas en primera persona u observadas en público, o los deliciosos dibujos de Sandra March, su cuerpo visto por ella misma, en escorzo, deformado por la perspectiva. Florencia Aliberti indaga en la intimidad autoexhibida por los usuarios de las redes sociales, mientras que Frances Goodman clama contra los estereotipos femeninos en
Spit/Swallow, un neón en el que una mujer escupe y se traga intermitentemente sus palabras.
Las creadoras hablan de la mujer desde su propia experiencia personal y con una actitud desafiante