Granitos de arena
Alternativas para una forma de vida con unos hábitos cotidianos de consumo más sostenibles que los actuales
Un grupo de expertos proporciona a los lectores una lista de pequeños gestos cotidianos que contribuirán a mejorar la salud del planeta.
El inminente inicio de un nuevo año sirve de excusa para marcarse objetivos y retos personales de todo tipo. Un grupo de expertos nos ayuda a confeccionar una lista de propósitos que contribuirán a mejorar la salud del planeta.
Desde el simple –y necesario– gesto de depositar la lata de refresco en el contenedor correspondiente (¡el de color amarillo!) hasta el más complejo replanteamiento de nuestro modo de transporte en la ciudad pueden ayudar a combatir los problemas que afectan al medio ambiente.
José Luis Gallego, naturalista, periodista ambiental y escritor, abre su lista de tareas con la apuesta más fuerte. “Voy a pasarme al coche eléctrico, lo tengo decidido; de ese modo contribuiré a mejorar la calidad del aire que respiramos y reduciré mis emisiones de gases con efecto invernadero”, explica Gallego.
El mismo propósito se han marcado para el 2017 Ángeles Parra, directora de Biocultura, y Teresa Ribera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (Iddri) de París y Personalidad Ambiental 2016, de los premios R. Ribera, considera que, por lo menos para ella, “se acabaron los diésel, los híbridos ya están aquí y llegan ahora los eléctricos, aunque esta opción sea todavía un poco más complicada”.
Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife (Sociedad Española de Ornitología) explica que el objetivo del coche eléctrico ya lo ha conseguido su organización este 2016; además de haber instalado placas solares en su sede central y de renovar toda la iluminación con LED.
Gallego, Parra, Ribera y Ruiz destacan, no obstante, que las tres primeras opciones para desplazarse en la ciudad son el transporte público, la bicicleta y caminar. Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universitat de Barcelona (UB), encabeza su lista de propósitos para el 2017 en esta misma linea. “Caminaré en mis desplazamientos urbanos para mejorar mi salud y la calidad socioambiental de la ciudad”, reza el primer compromiso personal del profesor Martín Vide, también director del Instituto de Investigación del Agua de la UB. Quizás en honor a este cargo, la segunda de sus propuestas afirma lo siguiente: “Reduciré el número de veces que uso la cisterna del váter empleando, en lugar del agua potable que contiene, las aguas grises de la pila de la cocina”.
El profesor Martín Vide no es el único que ha pensado en esta alternativa, José Luis Gallego también se ha propuesto para el 2017 la instalación en su hogar de “un sistema de recuperación y depósito de aguas grises”. De esta forma podrá, por ejemplo, usar en el váter el agua de lavarse las manos y reducir así el consumo total de agua optimizando su uso.
Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, apuesta por un 2017 en el que mejoremos nuestros hábitos cotidianos de recogida selectiva y reciclaje de residuos, “y que nunca se abandonen en espacios naturales”. “Fomentar un consumo responsable tanto por parte de los ciudadanos como de las empresas; que evite la generación de residuos innecesarios así como el desperdicio alimentario”, incluye Óscar Martín en la lista para el 2017.
Sonia Castañeda, directora de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, propone el compromiso de “comprar y consumir más productos ecológicos”. Necesitamos incorporar a nuestra vida cotidiana “hábitos de consumo responsable que tengan un impacto positivo en el medio ambiente”, recuerda Sonia Castañeda, y para ello tenemos que apostar personalmente por “opciones de movilidad sostenible, reutilizar y reciclar o ser eficientes en el uso de los recursos como el agua o la energía”.
Para acabar la lista con deseos globales, Ángeles Parra nos apunta su propósito de “seguir combatiendo para que la visión tan materialista de la vida y del planeta no sea la que impere en la sociedad”, mientras que el profesor Martín Vide propone “mirar el cielo cada día dos veces, de día y de noche, para recordar que somos una pieza minúscula de un universo armónico”.
Productos de consumo, reciclaje de residuos y formas de transporte son los que marcan el cambio de costumbres