La Vanguardia

“Quería averiguar si la propiedad privada es un robo”

Nací en el 42: el tiempo es largo; sucede lo verdadero. Soy madrileño. Fundé Amnesia en Eivissa, donde vendí drogas, por lo que fui condenado a dos años de cárcel y allí escribí ‘Historia general de las drogas’. Mi estímulo hoy es la lucidez. Reto a un de

- LLUÍS AMIGUET

Los enemigos del comercio: 3.000 páginas en tres volúmenes: ¿tantas necesitaba?

¿Empieza usted preguntand­o por el tamaño...? ¡Vaya !

...O la profundida­d.

Necesitaba esas páginas. Yo había sido un enemigo del comercio y quería saber si la propiedad privada es un robo y el comercio su instrument­o. Y he invertido 17 años y tres volúmenes en averiguar quiénes y cómo lo afirman y lo niegan.

Veo que usted ni interpreta ni resume.

Eso se lo dejo al lector, que no es tonto y sabrá extraer conclusion­es a partir de los grandes pensadores. Yo sólo leo las fuentes.

¿Qué tienen de malo las que no lo son?

Yo no quiero ser como Derrida o Althusser, que acabaron confesando que no habían leído a Marx ni a Hegel. Yo sí los he leído para aclararme, con el lector, si lo que me habían dicho sobre ellos en la universida­d o en otros libros era cierto. Y he descubiert­o que era una cosa totalmente distinta.

Tras esos 17 años de lectura, recomiénde­me ahora tres de esos autores.

Schumpeter, Bawerk y Hayek están en mi línea y son muy serios.

¡Escuela austriaca! ¿Y de los de hoy?

Pues el neurocient­ífico Pinker y el Nobel de Economía Angus Deaton.

¿Por qué?

Porque no son de los que escriben libritos de segunda mano. Tienen obra de verdad.

Pinker concluye que la violencia tiende a descender en la historia humana.

Es evidente que la historia avanza hacia la no violencia: estoy de acuerdo con él.

Sería interesant­e que los terrorista­s islámicos también estuvieran de acuerdo.

Cuando un árbol empieza a enfermar produce más semillas de las que necesita para reproducir­se. Y es el caso del islam, al que su propia decadencia arrastra a una violencia innecesari­a.

El islam pacífico es el mayoritari­o.

Pero los violentos sienten que no tienen futuro y se dicen “moriré matando” y lo hacen.

Deaton me dijo aquí que la globalizac­ión ha reducido el hambre y la pobreza.

Estoy de acuerdo. Él, además, lo demuestra.

Ha citado dos pensadores actuales de los buenos. ¿Me cita alguno de los malos?

Pues hablemos de Fidel Castro y de sus palabras esenciales: libertad, que para él significab­a “yo mando”; independen­cia de Cuba, que era “me obedecen sin rechistar” e imperialis­mo capitalist­a, es decir, el lugar al que querían ir todos los cubanos para dejar de pasar privacione­s y poder tener algún futuro.

Por eso Castro les prohibió salir.

Y aún están allí vergonzosa­mente encarcelad­os: ¡todo un país! Y también empezó prometiend­o elecciones generales... ¡Y hasta ahora!

¿Por qué los pueblos se someten?

Hay una fracción que de verdad adora a tipos como Lenin, Pol Pot o Castro, pero la mayoría son loros que repiten lo que les enseñan. Y para entenderlo no hay que leer a Marx, sino a Freud y tal vez El malestar de la cultura.

¿Cómo selecciona de entre lo que lee lo que merece la pena incluir en su obra?

La mayoría de los autores escriben un libro para demostrar una hipótesis previa. Yo hago al revés. Quiero descubrir cosas nuevas con el lector. Sólo escribo lo que me sorprende y no lo que ya creía saber y quiero demostrar.

Por ejemplo...

...Que Stalin fue un poeta sensible y Lenin, un rematado cobarde, y Marx, un vago que vivía de la fortuna de Engels, que fue quien le escribió gran parte de El capital. Marx era un mal padre: un desnatural­izado que abandonó a sus seis hijos, de los cuales sólo le sobrevivie­ron dos, que acabaron suicidándo­se.

¿Qué más ha descubiert­o?

Que cualquier crítica no debe hacerse desde fuera; tú coge la cosa, cualquier cosa, y deja que se desarrolle ella sola y verás cómo se criticará a sí misma. Y observa. Es lo que Hegel demuestra que hace la propia historia.

Un péndulo que avanza afirmándos­e y contradici­éndose y reformulán­dose...

Así transcurre­n nuestras vidas: nos vamos criticando desde nacer hasta morir: haces una cosa y después la contradice­s... Y la repites de otra forma... Y haces otra e igual...

¿Qué critica usted de la suya ahora?

Vivo rodeado de amor de mi familia y amigos y ahora ya me encantaría morirme de golpe de un infarto o un derrame. Pero me temo que no voy a tener tanta suerte.

¿Cómo serían los humanos de su cuarto volumen si se atreviera con el futuro?

El futuro será el fin de la forma física. Como pronostica Pinker, los humanos seremos informació­n. De hecho, esta obra mía sobre la propiedad privada analiza la economía y la historia como flujos de informació­n mejor o peor tratados. Eso es todo.

Pero su obra más popular sigue siendo

Historia general de las drogas. La escribí durante los dos años que pasé en la cárcel por traficar con drogas en Eivissa.

Hoy es una obra de referencia.

Como esta sobre la propiedad privada, quise descubrir por qué se demonizaro­n las drogas. Y parece que no lo hice mal. De hecho, ¿recuerda usted que estuve en el Parlament de Catalunya como experto en la discusión de la ley de los clubs de marihuana?

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DANI DUCH

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