Si es mejor es más difícil
Mañana se cierra la primera vuelta de la Euroliga de baloncesto. Catorce jornadas ya permiten llegar a algunas conclusiones claras. La gran aceptación del público: un 27,8 % más de espectadores que la temporada pasada. La igualdad imperante. Y, en relación directa con la anterior, la constatación de que a mayor calidad general, más dificultad para conseguir el objetivo de acabar entre los ocho primeros y disputar los playoffs. El Barcelona Lassa es uno de los que está experimentando en sus propias carnes el problema. En estos momentos estaría fuera. Y no es el único de los grandes: peor lo tiene el Maccabi Tel Aviv.
Tanta igualdad hay que ningún equipo está totalmente descartado. Los que menos han ganado, el EA7 Emporio Armani y el Galatasaray, suman cuatro triunfos. Y en el otro lado, en la parte alta, es cierto que el CSKA Moscú lleva mucha ventaja (tres victorias) sobre sus perseguidores, pero estos son nada menos que cinco, igualados a nueve. Sin olvidar que el campeón vigente ha ganado cuatro partidos por cuatro puntos o menos. Aunque también es verdad que su segunda derrota, en la última jornada, llegó en la prórroga. En casa, ante el Fenerbahçe, en una repetición de la última final. Por 16 puntos (sí, encajando un rarísimo 4-20 en 5 minutos). Distancia ésta que, por cierto, no se refleja en la diferencia general de puntos. Ésta es otra novedad: cuando un partido se decide en la prórroga cuenta, por supuesto, la victoria, pero no los puntos anotados en ella.
Dando por hecho que el CSKA acabará primero, el premio gordo para el resto sería un segundo puesto que valdría para evitar a los moscovitas hasta la final. E, inmediatamente después, el tercero y el cuarto, para tener igualmente ventaja de pista en el playoff. Sobre el papel, Real Madrid y Fenerbahçe parecen algo más fuertes que Olympiacos, Panathinaikos y Baskonia, que están empatados con ellos. Pero la trayectoria de ambos plantea muchas dudas. El equipo de Laso solamente ha perdido un partido en casa (-4 ante el Baskonia), pero de sus cinco últimas salidas únicamente ha ganado una (+39 en el Palau Blaugrana), si bien el haber cedido por un solo punto ante el CSKA y el Fenerbahçe puede darle ventaja en empates directos. El conjunto de Obradovic , por su parte, lleva ya tres victorias por la mínima, más la prórroga de Moscú, y luce un nada airoso -5 en la diferencia global de puntos.
¿Y el Barcelona Lassa? Hay que tener paciencia, dijimos hace tres meses. Y seguimos en lo mismo, porque las reiteradas lesiones están retrasando más de la cuenta el proceso de la necesaria reconstrucción del equipo. Aun con este contratiempo, lo más preocupante, mucho más que un balance de 6-8 que todavía permite pensar en la clasificación para los playoffs, aunque hacerlo con ventaja de campo parece ya una quimera, es la debilidad mental que ha mostrado el grupo tanto al perder por 39 en casa ante el Madrid como al ser incapaz de sacar nada de sus cinco últimos desplazamientos europeos.
Obviamente, para aspirar a algo el equipo de Bartzokas debe mejorar mucho su nivel actual. Conseguir una aportación consistente de muchos jugadores y que Rice y Tomic (base y pívot absolutamente fundamentales) coincidan en un buen partido. En el último lo hicieron por primera vez. De momento ha quedado bastante más clara la influencia del croata (17,5 de valoración en las victorias, 11,1 en las derrotas) que la del estadounidense, que ha anotado menos puntos (14) en las primeras que en las segundas (16,2).
Hay que tener paciencia con el Barça Lassa, porque las lesiones han retrasado la reconstrucción