Esquiar abrigados con tres capas
La primera es transpirable, la segunda es térmica y la tercera impermeabiliza
Sin frío no hay nieve. Sin nieve no hay deporte. Al igual que el elemento blanco, la vestimenta adecuada resulta indispensable a la hora de ir a esquiar. Y la opción más inteligente es ir abrigado por tres capas. La primera, con una constante transpirable, evita el sudor y mantiene la temperatura de confort. La segunda, igualmente transpirable, aporta máxima retención térmica. La tercera y última capa finaliza el proceso transpirable e impermeabiliza.
Calidad versus cantidad. Lejos de los tópicos de abrigarse por infinidad de capas, a modo de cebolla, tres prendas técnicas serán suficientes para practicar el esquí o el snow. En este sentido, las inclemencias del tiempo y el frío son los contrincantes directos de los aficionados al deporte blanco. Causa primera de abandono del deporte en personas muy frioleras. No obstante, la combinación y correcta elección de estas tres capas harán las delicias incluso con temperaturas extremas.
Pese a que la vestimenta por capas la inventó Hansen en 1877, no fue hasta finales del siglo pasado cuando se introdujeron las primeras camisetas técnicas de Helly Hansen o el tejido de Polartec, para secar la humedad del cuerpo. Jordi Marqués, consultor de prendas térmicas deportivas, señala que “el algodón absorbe el agua y aplicado sobre el cuerpo produce hipotermia”. Se trata de un tipo de camiseta interior que todavía usan algunos para esquiar. “La primera capa idónea, la que está en contacto con la piel, es la que está fabricada con poliéster o polipropileno en un 90% y lana de merino en un 10%”, prosigue Jordi. Y añade que “estos tejidos absorben el sudor, lo difuminan hacia el exterior y mantienen el cuerpo seco y a temperatura de confort”. La segunda capa es conocida como forro polar. “Con diferentes gramajes para personas más o menos frioleras, el tejido del polar sigue transportando el sudor hacia afuera, pero destaca sobre todo por absorber y mantener el calor corporal”, insiste el técnico. Unas prendas que si la primera oscila entre 30 y 45 euros, el precio de la segunda comienza en 60 euros.
La tercera y última prenda, el anorak, finaliza el proceso termoregulador. “La última capa debe ser impermeable aunque con una transpirabilidad del 0,1 % para que el sudor no se condense en el interior”, dice Marqués. Y si la impermeabilidad se mide en milímetros (mm) de columna de agua, la normativa europea recomienda para el esquí la columna de 10.000 mm. “De qué sirve escoger una columna impermeable mucho más alta si el cuerpo permanece mojado”, concluye el técnico.
“La camiseta de algodón no es idónea ya que atrae el agua y crea hipotermia”, dice el consultor Marqués