Malta asume la presidencia de la UE con el Brexit en el centro de la agenda
Malta asume con el inicio del año la presidencia semestral de la Unión Europea. Tal asunción de responsabilidades se produce en un momento especialmente sensible, con el reto de la salida de Gran Bretaña del club europeo. El país que colonizó Malta desde 1814 y hasta 1964 verá cómo su antigua posesión en el Mediterráneo capitanea su marcha de la Unión. Los malteses conservan de los tiempos de la colonia el inglés como lengua cooficial y unas excelentes relaciones con la que fuera su metrópoli.
Malta, con su primer ministro laborista Joseph Muscat al frente, dirigirá la UE hasta el próximo 30 de junio. La isla, con una población de sólo medio millón de personas, alcanzará esta posición por primera vez desde que se incorporara a la Unión en el 2004.
“Aunque somos un país pequeño, con recursos limitados, enfrentándonos a retos importantes, creo que esta será un oportunidad para mostrar nuestra madurez como nación”, dijo el viceprimer ministro, Louis Grech, en unas declaraciones a Efe.
El escenario al que se enfrenta Malta y toda la UE este año es complejo: la guerra de Siria, la crisis de refugiados, el deterioro de las relaciones con Turquía y Rusia y la inestabilidad de los países del norte de África. En el interior, crece la preocupación por los atentados terroristas y la seguridad, mientras colean problemas de la crisis como el alto desempleo y repunta la incertidumbre económica por las dudas sobre la banca italiana y el Brexit.
Las negociaciones para la salida del Reino Unido deberían comenzar a finales de marzo, cuando el Gobierno británico prevé notificar oficialmente su decisión. El rol de la presidencia maltesa será forjar un consenso que podría encallar en los puntos más sensibles, como el acceso al mercado único, la seguridad, los límites a la libre circulación de personas, las concesiones a la City o la factura del divorcio para Londres. Muscat vaticinaba recientemente que las negociaciones serían “complicadas” .
Aparte del Brexit, el Ejecutivo maltés se ha marcado otras prioridades, como cerrar la reforma del sistema europeo de asilo, que considera fundamental para un “reparto más justo” de los refugiados que llegan a Europa. La presidencia maltesa quiere también mejorar los sistemas de fronteras exteriores y avanzar hacia el registro de ciudadanos de terceros países que entran y salen de la UE. Asimismo, quiere centrarse en la estabilización de Libia, para frenar las oleadas migratorias hacia Europa y posibles problemas de seguridad.