¿Primarias de segunda?
Un estudio precisa el poder del aparato en la democracia interna del PSOE
La selección de líderes y candidatos de los partidos afecta a toda la sociedad. Al fin y al cabo se trata de elegir alcalde o presidente entre los mejores. Por eso, el mecanismo de las primarias socialistas –que han adoptado otros partidos en España– ofrece un balance para estudiar. Y de eso se ha ocupado una tesis doctoral (Selección de líderes y candidatos a la presidencia
del Gobierno, 1976-2016. El jardín secreto del PSOE), del profesor de la UAB Ernesto M. Pascual Bueno.
Este estudio brinda las claves del éxito limitado de las primarias socialistas, a diferencia de lo que ocurre en otros países de Europa. Y ello sin cuestionar que el PSOE es hoy más democrático que en 1976, al inicio de la transición. Sin embargo, la calidad de la democracia interna socialista es desigual. El estudio lo refleja en diversos parámetros, como la igualdad y libertad de competencia o la participación (donde los resultados “no son tan alentadores en las primarias locales, provinciales y regionales”, muy tuteladas en su fase inicial por el aparato).
En lo relativo a “competencia dentro del partido”, el PSOE ha mejorado “su calidad democrática”, al rebajar los requisitos en la recogida de avales e integrar a miembros de las candidaturas en los órganos de control. Pero el “enfoque legal choca en la práctica” con la resistencia “de los miembros del aparato”. Y entre los “diferentes métodos” que ese aparato “utiliza para evitar la competencia interna”, el estudio menciona la “presión”, la “candidatura única” o la “recogida masiva de avales a favor de un candidato”.
El estudio pone también la lupa en la igualdad a la hora de competir, ya que, “más allá de ciertas facilidades comunes”, “no hay financiación para las campañas de los candidatos”, de modo que “el dinero disponible por cada candidato marca las diferencias”. La igualdad también se ve condicionada por la falta de neutralidad del aparato, ya que “no ha habido ninguna campaña en la que miembros del aparato o de la élite dominante no mostrasen sus preferencias”. Y el caso de las primarias disputadas entre Almunia y Borrell en 1998 es “paradigmático”.
Asimismo, la tesis señala la asimetría entre “quienes escogen” (los militantes) y “quienes pueden exigir la dimisión” del líder, como se vio con el cese de Pedro Sánchez en el comité federal de octubre. Y en su condición de fallido antídoto contra la desafección política, las primarias acusan también la “baja competitividad” por el escaso número de candidatos. Finalmente, la propia base de elección de los delegados a los congresos ha repercutido en la fluidez democrática del PSOE, dada la creciente “pertenencia de los delegados al aparato central”.