Un policía turco evita en Esmirna una masacre con coches bomba
Dos muertos y varios heridos ante los juzgados en un ataque atribuido al PKK
Nuevas detenciones por el atentado del club Reina apuntan a la pista de los uigures de la región china de Xinjiang
Un policía de la ciudad turca de Esmirna logró evitar ayer una masacre, pero dejó su vida en ello, al detectar movimientos sospechosos en un vehículo que resultó ser un coche bomba. Los terroristas abandonaron el vehículo y lo hicieron explotar cuando se acercaba el policía, que pereció en la explosión. La acción del agente, Fethi Shekin, permitió descubrir un segundo coche, que se hizo explotar de forma controlada. En él se encontraron dos fusiles automáticos, ocho granadas y un lanzagranadas RPG.
El agente Shekin y un civil resultaron muertos y entre siete y once personas heridas, tres de ellas policías. Dos terroristas fueron muertos por disparos de los agentes, mientras que un tercero logró escapar, según la agencia Andadolu, aunque este extremo no estaba claro anoche. La policía, sin embargo, acordonó el barrio en busca de un tercer sospechoso.
El atentado se produjo a las cuatro de la tarde ante los juzgados de Esmirna, justo a la puerta por la que acceden jueces, fiscales y el personal en general, y que está custodiada por un control policial. Muy cerca, hay una parada de autobús. El civil muerto en la explosión era un empleado de los juzgados.
El gobernador de Esmirna, Erol Ayyildiz, afirmó que los primeros indicios apuntaban a la autoría del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El viceprimer ministro, Veysi Kaynak, añadió que el armamento que portaban los terroristas indica que habían planeado “una gran atrocidad”. Un grupo escindido del PKK, los Halcones de la Libertad del Kurdistán, se atribuyó en diciembre la autoría de dos ataques que costaron la vida a 60 personas en Estambul y Esmirna. El Gobierno turco considera que los Halcones son simplemente una “marca subsidiaria” del PKK y no una organización aparte.
Se da la circunstancia, no obstante, de que la víspera, el miércoles, veinte individuos fueron detenidos en Esmirna como sospechosos de pertenecer al Estado Islámico. Estaban en posesión de equipos de visión nocturna, un GPS y pasaportes falsos. Según la policía, procedían de países de Asia Central y el norte de África.
Ayer mismo hubo nuevas detenciones en Silivri, cerca de Estambul, en relación con el atentado de la noche de Fin de Año en la discoteca Reina, que causó 39 muertos y decenas de heridos. La agencia Anadolu no precisó el número de detenidos en esta redada, pero señaló que eran originarios del Turkestán oriental, nombre con el que en Turquía se identifica la región occidental china de Xinjiang, cuyos habitantes autóctonos, los uigures, son musulmanes de etnia túrquica.
El ministro de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, afirmó el miércoles que el autor del atentado del club Reina estaba identificado, pero no reveló su nombre ni su origen. Según medios locales, hay al menos 36 personas detenidas en el marco de la investigación y entre ellas se encuentra la esposa del terrorista. Se cree que el terrorista se instaló a mediados de noviembre en la ciudad de Konya con su mujer y sus dos hijos y que el 15 de diciembre viajó a Estambul en autobús.