Jefes de inteligencia avisan que la amenaza rusa a EE.UU. es grave
Los ciberataques “vienen del Kremlin y son cada vez más agresivos”
Los ciberataques rusos continúan, son cada vez “más agresivos” y representan “una amenaza muy grave” para Estados Unidos, advirtieron ayer jefes de los servicios de inteligencia al comité de Servicios Armados del Senado en una sesión abierta que puso de manifiesto las diferencias entre la comunidad de inteligencia y el presidente electo, Donald Trump, que ha puesto sistemáticamente en duda la autoría rusa de los ciberataques. “No corresponde a la comunidad de inteligencia calificar [los ciberataques rusos] como acto de guerra, pero sin duda son de una gran gravedad”, declaró James Clapper, director de Inteligencia Nacional.
Además de Clapper, declararon en el Senado Marcel Lettre, jefe de inteligencia del Departamento de Defensa, y Michael S. Rogers, director de la Agencia de Seguridad Nacional, quienes firmaron un comunicado conjunto por adelantado en el que advierten de que “Rusia es un actor cibernético de alcance total que representa una gran amenaza militar, comercial y diplomática para el Gobierno de Estados Unidos”. Señalan asimismo que “su muy avanzado programa de ataques cibernéticos mediante sofisticadas tácticas, técnicas y procedimientos” pone en riesgo “la infraestructura crítica y las redes de EE.UU.” .
La información suministrada al Senado afirma sin una sombra de duda que piratas
Los funcionarios confirman la interferencia electoral, pero no que determinara el resultado
informáticos al servicio de Moscú interfirieron durante la campaña electoral mediante “actos de piratería, propaganda y noticias falsas”. Sostienen los jefes de inteligencia que las características de los ciberataques rusos confirman que se llevaron a cabo con el conocimiento de los jefes del Kremlin. “Evaluamos que sólo altos cargos de Rusia podían haber autorizado el robo y la divulgación de datos en plena campaña electoral”, señaló Clapper.
Los funcionarios dejaron claro que la interferencia rusa no alteró en ningún caso el escrutinio de los votos, sino que se limitó a perjudicar la candidatura demócrata de Hillary Clinton divulgando informaciones negativas sobre ella, sobre su equipo de campaña y sobre su partido. Aun así, los funcionarios de inteligencia evitaron a toda costa llegar a la conclusión de que los ciberataques rusos determinaran el resultado electoral y propiciaran así la elección de Donald Trump como 45.º presidente: “No tenemos ninguna manera de medir el impacto que tuvo en las opciones del electorado”, respondió Clapper.
El presidente de comité de Servicios Armados es el senador republicano John McCain, uno de los mayores críticos de Trump, y abrió la sesión advirtiendo que “todos los estadounidenses deben alarmarse por los ataques de Rusia en nuestro país”, en clara interpelación al presidente electo, argumentando que si bien “no se trata de cuestionar los resultados de la elección presidencial”, en su opinión “no hay un interés de seguridad nacional más vital para los Estados Unidos de América que la capacidad de tener elecciones libres y justas sin interferencia extranjera”.
Paralelamente a la sesión del Senado, el presidente, Barack Obama, recibió ayer mismo el “informe completo”que reclamó sobre las intrusión rusa en la campaña electoral, pero el contenido ha sido clasificado como materia reservada y no se dio a conocer. Una parte de él sí se hará pública la semana que viene, según anunció el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, y que básicamente contendrá la información suministrada ayer al Senado. Y para hoy viernes está previsto que los jefes de la CIA y del FBI se reúnan también con el presidente electo, Donald Trump, quien después de haberse burlado de ellos ayer acusó a los medios de tergiversar sus palabras porque “soy un fan de los servicios de inteligencia”, escribió en Twitter.