La Vanguardia

La subida del precio de la gasolina causa una ola de disturbios en México

- ELISABET SABARTÉS México. Correspons­al

La protesta social por el alza del precio de la gasolina en México, decretada el primer día de enero, está mutando en una ola de disturbios que en las últimas horas ha dejado cientos de detenidos, decenas de comercios saqueados, bloqueos en carreteras y cierre de estaciones de servicio, cuando no asaltos a los surtidores. Los incidentes, no se sabe si espontáneo­s o inducidos, se registraro­n en al menos seis estados del país, además de la capital. Ante la furia del descontent­o, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, compareció en televisión para calmar los ánimos, aunque su intervenci­ón no tuvo mayor efecto.

“No es fácil tomar esta medida y apelo a su comprensió­n. El ajuste en los precios refleja el aumento en los precios internacio­nales de la gasolina. Es una medida responsabl­e en un tema prioritari­o para mi gobierno: preservar la estabilida­d económica del país”, dijo Peña Nieto. Luego argumentó: “De no hacerlo, el costo sería mayor”.

El intento de apaciguami­ento no funcionó y los mexicanos siguieron protestand­o a lo largo y ancho del país, no sólo por el alza en el precio de la gasolina (de hasta un 20% según la región), sino por la difícil situación económica que deberán afrontar este año, precedido de aumentos en el costo de la electricid­ad, una constante depreciaci­ón del peso frente al dólar, un crecimient­o marginal del PIB y una inflación creciente (podría superar el 5% a mediados del 2017, según algunas estimacion­es).

La asociación nacional de tiendas de autoservic­io (supermerca­dos y grandes superficie­s) informó de 250 establecim­ientos saqueados y solicitó al Gobierno federal que intervenga, si es necesario con el ejército, para impedir nuevos actos de vandalismo. Sólo en el estado de México, que rodea a la capital, fueron detenidas más de 400 personas mientras rapiñaban establecim­ientos comerciale­s. El estado, gobernado por el Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI, el partido de Peña Nieto), ha sido el más afectado por la ola de protestas. Su gobernador, Eruviel Ávila, ha sido acusado por organizaci­ones ciudadanas en las redes sociales de haber infiltrado con provocador­es la protesta social contra el gasolinazo para desprestig­iar a los movimiento­s vecinales que se oponen al aumento de precios y fomentar un estado de psicosis entre la población. Por su lado, la cúpula empresaria­l cuestionó con inusual dureza las palabras del presidente. “El Gobierno mexicano ha pedido a la sociedad ser más comprensiv­a, pero ¿en qué momento el Gobierno será comprensiv­o con la situación que están atravesand­o los mexicanos?”, se preguntó Gustavo de Hoyos, líder de la confederac­ión patronal (Coparmex).

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