Un proyecto compartido en las Glòries
Sorprende que del plan aprobado se haya arrancado la página que va desde el 2011 hasta la convocatoria del concurso
Después de la alegría que supuso para mí la tramitación del plan urbanístico para la plaza de las Glòries, cuando me he acercado al tema con detalle he visto dos cosas que me han sorprendido: La primera es que el equipo de gobierno actual no reconoce que el proyecto que ha aprobado es, literalmente, producto de nuestro trabajo como equipo de urbanismo del anterior mandato. La segunda, que el principal grupo de la oposición municipal en Barcelona no ha votado en la comisión municipal a favor de dicho plan, que, insisto, fue impulsado por ellos mismos.
Las ciudades son proyectos de largo recorrido. En este sentido, las Glòries afronta con la aprobación de su último plan urbanístico la recta final de su transformación, del que ha sido un tortuoso camino desde su definición como nuevo centro urbano en el plan de Cerdà de 1859. Con este texto quiero reivindicar que el plan sea aprobado por unanimidad, siguiendo la lógica iniciada con el pacto de las Glòries del 2007. Y lo hago porque el plan se corresponde prácticamente en su totalidad con el trabajo realizado desde el 2011, cuando propusimos un cambio esencial en la organización de la plaza. En esa propuesta, que inicialmente tuvo tanto una fuerte contestación política como un importante apoyo vecinal, se planteaba transformar las Glòries en la primera supermanzana del Eixample, con un gran parque de 4x3 manzanas con equipamientos y edificios de vivienda en su límite. También propusimos construir el túnel que hoy se ejecuta por debajo de las líneas de tren para impulsar la llamada Diagonal Verde, que conecta la Ciutadella con el Besòs a través de la Sagrera. Estas ideas formaron parte de las bases del concurso en que se eligió por unanimidad el mejor proyecto que respondía a estos criterios. Por eso, sorprende que en el documento presentado por el actual Consistorio se haya arrancado una pagina de esta microhistoria de las Glòries, que abarca de finales del 2011 a la convocatoria del concurso donde se definieron estos criterios que ahora materializa el plan.
Celebro que el documento recoja tres cuestiones que propusimos, ajenas al proyecto Canòpia Urbana, como son la redefinición de los edificios del oeste de la plaza (surgidos del segundo premio), la recuperación de una joya arquitectónica escondida en el centro de la ciudad como es la casa del Paraguas (que está mal datada en el documento) y la recuperación del Rec Comtal.
No tengo duda de que el debate de la movilidad y el transporte público en la Diagonal son temas esenciales que deberán decidirse en su día, pero no forman parte de la parte decisoria del documento urbanístico que ahora se aprueba. Por todo ello, pido a los grandes partidos de Barcelona que trabajen de forma racional: los que gobiernan, que sean precisos en relación con el trabajo que hicimos hasta hace poco; los que lideran la oposición, que piensen en grande y voten a favor de los proyectos que son beneficiosos para la ciudad.
Pensando en el futuro, trabajando juntos, siendo generosos, Barcelona será mejor.