Alemania ya es un clamor para que el BCE suba tipos
El euro sube a los 1,06 dólares impulsado por la inflación
Todavía faltan dos semanas para que se reúna el Banco Central Europeo (BCE) en Frankfurt, pero en Alemania han sacado ya los tambores de guerra contra Mario Draghi, presidente de la institución, y su equipo de gobernadores de bancos centrales. Ya el martes, Clemens Fuest, presidente del influyente instituto económico IFO, reaccionó al nuevo dato de la alta inflación alemana de diciembre del 1,7% interanual pidiendo el fin de la política expansiva del BCE y de su programa de compra de bonos... que se acaba de extender de marzo a diciembre de este año.
Ayer, un día después de que se hiciera público que la inflación de la eurozona escaló hasta el 1,1% en diciembre, los expertos consultados por los medios alemanes dieron un paso más y pidieron abiertamente al BCE que empiece a pensar en subir los tipos de interés, que están en el 0%. “Es la hora de una normalización de la política monetaria”, dijo Stefan Bielmeier, economista jefe de DZ Bank al Bild. “Ahora, un cambio en los tipos de interés es factible”, añadió.
La hoja de ruta marcada por Draghi tras la última reunión del consejo del BCE no va en absoluto por ahí. El banco central anunció que seguiría comprando bonos por valor de 60.000 millones de euros al mes hasta diciembre de este año. Se da por hecho que, al menos en la primera mitad del 2018, continuará con las compras, que se irían reduciendo gradualmente. Y entonces, a final de ese año, podría llegar la primera subida de tipos de interés en la eurozona desde julio del 2009.
Pero la inflación en Europa y la determinación de la Reserva Federal para evitar que se les vaya de las manos en Estados Unidos puede provocar cambios en el BCE. En Alemania, desde luego, no cejarán en su empeño por conseguirlo. Marcel Fratzscher, del también prestigioso instituto DIW, afirmó ayer que “tan pronto como la inflación alcance el objetivo del 2%, el BCE puede subir los tipos. Y los ahorradores también se beneficiarán de esto”.
Aunque las previsiones oficiales de inflación para el conjunto del 2017 quedan por debajo del 2%, es muy probable que la cifra se alcance o incluso se supere en los próximos meses –por la comparación con los bajos precios del petróleo a principios del 2016– para caer después. Entonces, arreciará la presión sobre el BCE. Ayer, a las autorizadas voces económicas alemanas se sumó la de Isabel Schnabel, consejera de la cancillera Angela Merkel, que auguró que pronto acabaría la era de la política monetaria ultraexpansiva en la eurozona.