Tiroteo mortal en un aeropuerto de Florida
El agresor mata a cinco personas en Fort Lauderdale y es detenido
En seis días ha habido seis tiroteos en EE.UU.; el año 2016 se cerró con 385 y 14.999 muertos por arma de fuego
Un individuo armado irrumpió ayer en la sala de recogida de equipajes del aeropuerto de Fort Lauderdale (Florida) disparó indiscriminadamente y provocó la muerte de al menos cinco personas. Otras ocho resultaron heridas. La tragedia habría sido mayor si el personal de seguridad del aeropuerto no hubiera reaccionado tan rápido como lo hizo para reducir al atacante, que quedó detenido. El pistolero fue identificado como Esteban Santiago, de 26 años, y todos los indicios llevan a descartar que el atentado tuviera motivaciones políticas o ideológicas. El suceso ocurrió sobre la 1 de la tarde hora local y creó una situación de gran confusión que duró varias horas. Las ambulancias, los vehículos de los bomberos y los coches de la policía circulaban en el escenario del suceso haciendo sonar las alarmas mientras los viajeros asustados corrían de un lugar a otro buscando refugio seguro.
La terminal 2 del aeropuerto de Fort Lauderdale vivía una jornada de gran concurrencia de viajeros debido al flujo de ida y vuelta de las vacaciones navideñas y a los turistas que van y vienen de Florida, desde donde parten los viajes en crucero por el Caribe. Presas del pánico, centenares de viajeros arrastrando su equipaje de mano terminaron refugiándose en la propia pista de aterrizaje de los aviones. La orden no fue inmediata pero finalmente el tráfico aéreo quedó suspendido.
Un par de horas más tarde del tiroteo se propagó el rumor de que un segundo francotirador había abierto fuego en la terminal, lo que aumentó la situación de caos, complicó la evacuación de los transeúntes y obligó a la policía a modificar su primer despliegue ante la eventualidad de que hubiera varios atacantes en distintos puntos del aeropuerto.
Una vez descartado la existencia de más atacantes, se dio a conocer la identidad del Esteban Santiago. Se trata de un militar estadounidense, nacido en Nueva Jersey. Viajó a Florida desde Canadá y había registrado y facturado su arma en la bolsa de su equipaje. Lo recogió en la cinta, se metió en el baño y ahí cargó el arma. Salió y empezó a disparar indiscriminadamente a la gente pero, según testigos, apuntando a la cabeza. Agotó el cargador y no tuvo tiempo de volver a cargar el arma, porque la policía le interceptó y pudo detenerlo sin disparar una sola vez. Aunque el FBI y la policía local interrogaron durante horas al autor de los disparos y no revelaron ninguna conclusión, el perfil de Santiago y la manera de comportarse contribuyen a descartar el móvil terrorista con vínculos políticos, ideológicos o religiosos. Algunos testigos aseguraron que vestía uniforme de la Guardia Nacional. Esteban Santiago tenía fijada su residencia actual en Anchorage (Alaska), donde tuvo que ser desahuciado de una
casa por no pagar el alquiler. Se trata de un hombre con antecedentes delictivos de poca monta. En enero del 2016 fue acusado de un atraco y de causar daños en propiedad ajena. Lo ocurrido ayer en Fort Lauderdale es un acontecimiento estremecedor pero que ocurre todos los días en algún lugar de Estados Unidos. En los seis días que llevamos del 2017 ya se han registrado seis tiroteos masivos. En el 2016 hubo 385 –más de uno por día–, que causaron 14.999 muertos.