El Rey pide que no se ahorren esfuerzos contra el terrorismo
Felipe VI reclama firmeza y perspectiva al ejército ante “desafíos imprevisibles”
El rey Felipe VI reclamó ayer que no se escatimen esfuerzos ante la “amenaza contra la seguridad global” que supone el terrorismo, durante su discurso con ocasión de la Pascua Militar. El Monarca pidió firmeza al ejército ante “amenazas imprevisibles”.
YIHADISMO “No debemos escatimar esfuerzos ante esa lacra que amenaza a nuestra sociedad”, señaló el Rey CONCIENCIACIÓN Cospedal considera capital que la sociedad desarrolle “una cultura de la defensa”
No escatimar esfuerzos ni bajar la guardia ante la lacra del terrorismo y apostar por una modernización constante que permita mantener la operatividad y la perspectiva ante nuevos escenarios y desafíos, “cambiantes e imprevisibles”. Ese fue el mensaje que lanzó el rey Felipe VI a los mandos del Ejército reunidos ayer en el Palacio Real con motivo de la celebración de la Pascua Militar.
El discurso del jefe del Estado se centró en la que “probablemente sea la mayor amenza a la seguridad global en la actualidad, el terrorismo”, del que dijo que “ataca sin escrúpulo alguno en cualquier lugar, y son muchas las naciones cuyas sociedades sufren con frecuencia su vileza y ensañamiento”.
El Monarca añadió que la amenaza de yihadista “está en el centro de las preocupaciones de seguridad de los españoles y de nuestros socios y aliados”. Esta firmeza y este denuedo en la tarea, señaló el Rey, debe ir acompañada por un “proceso de modernización que nos permita tener tanto la operatividad como la perspectiva necesarias para ir siempre por delante, porque no podemos dejarnos rebasar por los nuevos escenarios y desafíos actuales, cada vez más cambiantes e imprevisibles”.
El acto de la Pascua Militar, en el que acompañaban a los reyes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, se convirtió en un acto de tributo a las fuerzas armadas y la Guardia Civil, a las que Felipe VI conminó a “no escatimar esfuerzos por aumentar nuestra capacidad de prevención y de respuesta ante esta lacra que pone en peligro a nuestra sociedad, desprecia nuestros valores democráticos y es un enemigo de la humanidad”.
En el discurso, en el que el Rey subrayó que “el primer y más fundamental deber del militar es la disposición permanente para defender a España”, no hubo esta vez alusiones a la cuestión catalana, ni exhortos a la unidad del Estado, ni tampoco –no se esperaba– mención alguna al informe del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak-42, que costó la vida a 75 personas, 62 de ellas militares españoles que regresaban de su misión en Afganistán, en el año 2003.
El informe, que establece la responsabilidad política del Ministerio de Defensa, tampoco fue mencionado en su discurso previo por la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, que se estrenaba en su nueva cartera en esta Pascua Militar y que, pese a no aludir al comprometedor dictamen del Consejo de Estado, que planeó sobre toda la ceremonia, sí hizo una alusión expresa a la responsabilidad del Ejecutivo en cuanto a la seguridad personal y la adecuación de los medios de los militares: “Trabajaremos para que las fuerzas armadas dispongan de los recursos materiales adecuados para cumplir su misión con eficacia y con la mayor seguridad personal. Estos conceptos son una prioridad para el Gobierno”.
Coincidieron el Monarca y la ministra en su recuerdo a Carlos III, que instauró la celebración de la Pascua Militar, y a cuya modernización del ejército y la armada aludieron en sus respectivos discursos. Cospedal aludió a la lucha antiterrorista, pero también a las tareas de rescate y socorro de las fuerzas armadas y la guardia civil en catástrofes naturales, en colaboración con Protección Civil y los servicios de emergencias del Estado, así como a las tareas de asesoramiento y seguridad en cuatro continentes, la última de ellas, estando “presentes en el proceso de paz recientemente iniciado en Colombia”. Cospedal, que tuvo palabras de recuerdo y encomio para su predecesor en el cargo, Pedro Morenés, concluyó que “la sostenibilidad de las fuerzas armadas está por encima de posicionamientos políticos e ideologías”, y abogó por que la sociedad desarrolle lo que llamó “una cultura de la defensa” que permita “cada ciudadano formule su propio juicio sobre su importancia como parte de la Seguridad Nacional y comprenda y asuma su necesidad para nuestra protección y la de nuestros intereses y valores”.
En tal sentido, añadió: “Considero fundamental que los españoles comprendan que la seguridad es esencial para el desarrollo y prosperidad de un país libre y democrático, que sean conscientes de la importancia de la defensa para garantizarla, y que reconozcan y valoren el trabajo de las fuerzas armadas”.