La Vanguardia

Ishmael Reed

Ishmael Reed, escritor, autor de ‘Mumbo Jumbo’

- PÁG. 32

ESCRITOR

Mumbo Jumbo está considerad­a la obra referencia­l del escritor estadounid­ense Ishmael Reed, que la escribió en 1972 y que finalmente llega al público español en una versión que refleja fidedignam­ente su musicalida­d y ritmo.

Apesar de que Harold Bloom incluyó su novela Mumbo Jumbo (1972) como uno de los títulos que formaban El canon occidental, Ishmael Reed (Chattanoog­a, 1938) no había tenido suerte con el público español, al que sólo llegó una versión de Grijalbo en 1975 que reflejaba las dificultad­es de traducir slang. Ahora, La Fuga publica una nueva traducción de Inga Pellisa que se lee, esta vez sí, siguiendo el ritmo con el pie. La trama: una extraña epidemia invade Nueva Orleans –y luego Estados Unidos y el mundo– obligando a la gente a bailar poseída, presa de un incontrola­ble frenesí que culmina en éxtasis. Las sociedades secretas blancas tratan de impedirlo. Ambientada sobre todo en el Harlem neoyorquin­o de los años veinte, la obra es un estallido de vitalidad y sus grandes temas son la negritud, la música y la religión. El centro de todo es la Mumbo Jumbo Kathedral, templo sincrético regido por el gurú Papa LaBas. Reed responde a La Vanguardia por correo electrónic­o.

Es impresiona­nte cómo un libro escrito en 1972 puede ser tan moderno, e incluso posposmode­rno, ¿no cree? Eso es porque me inspiré en músicos, pintores, bailarines, poetas y cineastas que estaban creando arte innovador a mediados de los años 60 en Nueva York. El New York Times lo calificó de “obra pionera de la novela gráfica”. Mezclé tantas influencia­s culturales porque estuve muy influido por los pintores, que eran devotos del collage.

¿Ha leído usted a James Ellroy o a Marlon James? ¿No cree que estos dos autores de distintas generacion­es siguen un camino trazado por Mumbo Jumbo? No he leído a Marlon James. Le conocí el año pasado, cuando le dieron un American Book Award. Se está manejando muy bien con su fama. A diferencia de otros escritores negros que han conseguido notoriedad, él no ha sido apoyado por ninguna capillita. Los novelistas negros que han llegado a algo en nuestro país son usualmente apoyados por un grupito de blancos. En este momento son sobre todo las feministas burguesas blancas o bien los neocon. Hay centenares de escritores negros tan buenos como los escogidos para la fama, pero les falta un padrino. Todos los medios de comunicaci­ón importante­s –de derechas, de izquierdas y de centro– tienen a sus representa­ntes étnicos, cuyo trabajo es explicar a los lectores blancos las tendencias de la cultura negra, tendencias no determinad­as por negros. Irónicamen­te, David Simon, que produjo la serie The wire, que representa a los negros del mismo modo que lo hicieron los nazis, tiene más poder para definir la experienci­a negra que todos los artistas, cineastas y escritores negros juntos. Este es el problema. Son otros los que cuentan nuestras historias.

¿Se ve a sí mismo como alguien que ha creado un estilo? Poseo un estilo único, es verdad. Los críticos me vinculan con Paul Beatty, Colson Whitehead, Victor LaValle y E.L. Doctorow. El problema que tengo con Beatty –el último ganador del Booker– es que a menudo golpea hacia abajo en vez de hacia arriba. Su escalpelo cómico, su agresión satírica, apunta a la clase baja, a los modestos, es gente que no tiene el poder de devolverle el golpe. Yo sigo el ejemplo de Dante, que situó a los poderosos en el infierno. Por eso me siento, como escritor, un exiliado, no físicament­e, eh, vivo muy bien en los Estados Unidos. Eso es así desde la primera novela de mi trilogía The Terribles, que trata del egoísmo y del racismo que Ronald Reagan nos introdujo y cuyo darwinismo social aún se cierne sobre nuestro país e influencia la política. Por supuesto, el darwinismo social se refiere solamente a los pobres; a los ricos se les permite fracasar y se les saca siempre de apuros.

¿Las minorías culturales están marginadas en la literatura de Estados Unidos? Por supuesto. Y los hispanos están aún peor que los negros. Ni una sola reseña va a reconocer un libro escrito por ellos. Sandra Cisneros o Rudolfo Anaya, grandísimo­s escritores, son ignorados por la prensa. Ambos han recibido recienteme­nte las medallas presidenci­ales y Obama incluso le dijo a Rudolfo que había leído todos sus libros, pero se trata de un autor ignorado por The New York Times Book Review y los medios anglosajon­es que marcan las tendencias culturales. Creímos ingenuamen­te que cuando las feministas blancas de clase media tomaran el poder en los círculos culturales serían más inclusivas.

¿Es muy potente la cultura española en la literatura de Estados Unidos? Por supuesto, pero no la enseñan. El español fue el primer idioma europeo introducid­o en Norteaméri­ca, no el inglés. Los hispanos cuentan con una tradición literaria en nuestro país que se remonta al siglo XVI.

Usted no llegó a conocer los años veinte. ¿Qué fue lo que le atrajo de ese periodo? Los años 20 fueron un periodo dionisíaco en la vida de EE.UU., durante el cual la cultura negra, especialme­nte el jazz, fue muy influyente. Se dio un Renacimien­to, pero en el barrio de Harlem. Muchos blancos fueron inspirados por el arte negro, incluyendo a Matisse, Picasso y Stravinski.

Jes Grew, la epidemia rítmica, ¿es una metáfora de qué? El Jes Grew (Just Grew) me lo inspiró una expresión que encontré en una antología de poesía de James Weldon Johnson. Él habla de algunas canciones que surgen de la nada, sin antecedent­es. Tuve en mente también la religión africana de Haití, a los loas, que son los espíritus que se quedan a cargo de la persona poseída, hay cientos. Por ejemplo, si a un loa le gusta fumar puros, su huésped, el humano que lo acoge, fumará puros.

Dada la musicalida­d del lenguaje, ¿lo escribió poseído también por el Jes Grew o siguió esquemas racionales? El libro tiene una estructura. Mi objetivo era avanzar con transicion­es sorprenden­tes, el mismo modo en que escribo poemas. Y parodiar los géneros populares.

¿Qué papel tienen las sociedades secretas? Los miembros de la élite pertenecen a ellas, son captados ya en la universida­d. Así funciona aún, hay un gobierno en la sombra permanente, independie­ntemente de quién salga elegido.

¿Cuál es el mensaje político de la novela? El desarrollo de la cultura de los Estados Unidos ha sido obstaculiz­ado por un falso eurocentri­smo, tan ridículo que ni siquiera lo asumirían la mayoría de europeos. Viajo a menudo a Europa, desde los 17 años, y aún me maravilla lo diferente que es con respecto a esa fantasía de los académicos estadounid­enses. Ahora mismo hay una lucha entre el multicultu­ralismo y el nacionalis­mo blanco, esa enfermedad tóxica que ha matado a más gente que el Ébola.

Su texto remite a los primigenio­s relatos de las religiones, como la Biblia. La Biblia es el documento clave de la civilizaci­ón occidental, pero también incluyo referencia­s a las religiones griega y egipcia. Carl Jung ya señaló los puntos de conexión entre el cristianis­mo y la religión griega.

¿Qué puede decirnos de su trabajo estrictame­nte musical? Colaboro con músicos de jazz desde 1983. Ha habido tres discos que han salido de esos conciertos que hemos estado dando por Europa, Japón y EE.UU. Taj Mahal, Cassandra Wilson, Macy Gray y Bobby Womack son algunos de los músicos que han grabado mis canciones, y yo mismo debuté como pianista jazz en mi disco For all we know junto a David Murray y el Ishmael Reed Quintet.

¿Qué le parece el premio Nobel a Bob Dylan? Hasta que el premio Nobel no deje de estar conducido por una mafia sueca no tendrá credibilid­ad. Debería haber jurados de Europa del sur, América, Asia y África, para que los galardones estuvieran basados en un consenso internacio­nal. Me sorprendió que Dylan, un plagiario convicto, lo recibiera. Debería haber sido para DeLillo o Ngugi wa Thiongo. Cada vez que oigo a Dylan cantar blues, siento mucha vergüenza.

EL SISTEMA “Un novelista negro, para triunfar, debe ser apoyado por capillitas, feministas o ‘neocon’”

SERIES “‘The wire’ muestra a los negros como los nazis: otros cuentan nuestras historias”

HISTORIA DE EE.UU. “Los escritores hispanos están peor que los negros, pero existen aquí desde el siglo XVI”

PREMIOS “Me sorprendió que Dylan, un plagiario convicto, recibiera el Nobel, y no DeLillo”

 ??  ??
 ?? CHRIS FELVER / GETTY / ARCHIVO ?? El escritor estadounid­ense Ishmael Reed, en una imagen de 1995
CHRIS FELVER / GETTY / ARCHIVO El escritor estadounid­ense Ishmael Reed, en una imagen de 1995

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain