Una ministra vestida de reina
Todo en orden. La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, cumplió con la etiqueta de la Pascua Militar y, en la primera ocasión en la que acudió a la ceremonia, tras su nombramiento el pasado mes de noviembre, lució un traje largo como el resto de las señoras no militares presentes en la ceremonia, incluida la Reina. Ayer, en el salón del Trono del Palacio Real no pasó nada y lo que puede resultar tedioso para otros eventos en el caso de la celebración de las fuerzas armadas es la mejor señal del correcto desarrollo del acto. En el patio de armas, revista a las tropas, saludo a los Reyes e interpretación del himno nacional y en el interior del palacio, entrega de condecoraciones a los miembros de las fuerzas armadas y de seguridad; discursos de la ministra y del Rey; Vivas a España y al Rey; vino español para los 150 invitados, militares, por supuesto, y rompan filas.
La corrección de Cospedal, con su falda larga verde estampada, cuerpo de terciopelo en un tono más oscuro y un broche de pedrería a juego, borró de los espejos con cornucopias doradas que cuelgan de las estancias reales la imagen que durante tres años (2009, 2010 y 2011) reflejó la primer mujer que alcanzó el grado de ministra de Defensa. La socialista Carme Chacón defendió su derecho a decidir el vestuario que iba a lucir en la Pascua Militar y en las tres ocasiones acudió con un traje pantalón, siendo el primero demasiado ajustado para los estándares militares. En el estamento castrense el uniforme es sagrado, tanto como lo son las normas, los códigos y los reglamentos, y ayer un suspiro de alivió recorrió el salón cuando la ministra optó por conservar las tradiciones y poner las cosas en su sitio y el largo de la falda a la altura del empeine.
María Dolores de Cospedal, como titular de Defensa, tuvo ayer mayor protagonismo que la Reina, como consorte del Rey, quien optó por un discreto vestido de ceremonia de un tono entre verde y azul que ya ha usado en otras ocasiones: en la recepción al cuerpo diplomático, en 2014, y en la Pascua Militar, de 2015. Letizia, cuya última aparición en público data del 19 de diciembre, se mantuvo en todo momento en segundo plano detrás del Rey e incluso le utilizó de parapeto cuando, en un gesto de coquetería, abrió el bolso y sacó un espejo para mirarse y arreglarse el brillo de los labios, delant e de Rajoy y de la ministra Cospedal .
En el salón del Trono, escenario de las grandes ceremonias de Estado, la cúpula militar lucía las condecoraciones obtenidas por los servicios prestados que resumen su trayectoria ordenadas en sus pecheras. El personal civil masculino, desde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, pasando por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, lucieron el preceptivo chaqué, el traje apropiado para las ceremonias de día (el frac es para las de noche y el esmoquin para las fiestas), mientras que el personal militar que trabaja en la Zarzuela, que normalmente utiliza traje civil, aprovechó la Pascua para lucir sus uniformes, como hizo el secretario general de la Casa del Rey, Domingo Palomo, teniente general de la Guardia Civil. El Rey, capitán general de los tres ejércitos, utilizó ayer el uniforme de etiqueta del Ejército de Tierra.
Con su discurso de ayer ante las autoridades políticas y la cúpula militar, el Rey abrió su agenda oficial para 2017. Este mes, tras viajar a Arabia Saudí, visita que los saudíes suspendieron el pasado mes de noviembre por el fallecimiento de un hermano del rey Salman, Felipe VI recuperará la recepción al cuerpo diplomático otra de las citas fijas marcadas en su calendario que el año pasado se suspendió por la coincidencia con las primeras consultas. Este año al Rey le toca, entre otras cosas, recuperar las actividades suspendidas el año pasado por la interinidad del Gobierno. El orden ha vuelto.
María Dolores de Cospedal se ajusta a la etiqueta y utiliza el traje largo en su primera Pascua Militar