Amazon puja por la fábrica de la quebrada American Apparel
El gigante del comercio electrónico quiere impulsar sus propias marcas
El gigante del comercio electrónico Amazon se ha destapado como uno de los aspirantes a adquirir la unidad productiva de la quebrada marca de moda American Apparel, en proceso de liquidación, según desveló Reuters esta semana. El principal activo de la firma de moda es una inmensa fábrica en California con 3.500 trabajadores, una de las más grandes del sector en todo Estados Unidos. Además de Amazon, pujan por los activos de American Apparel la marca de moda para jóvenes Forever 21, el fabricante Next Level Apparel y el experto en licencias de marcas Authentic Brands Group LLC. La oferta vencedora en la subasta, que se celebrará la próxima semana, deberá abonar una cantidad superior a los 66 millones de dólares (cerca de 63 millones de euros) que ofreció la canadiense Gildan Activewear a American Apparel antes de la presentación del concurso de acreedores.
“¿Por qué una marca que ha quebrado dos veces y que ha generado millones de pérdidas en los últimos años despierta tal interés?”, se preguntan los analistas de Bloomberg. Para Amazon, el sector de la moda es uno de los de mayor crecimiento para los próximos años, junto con la alimentación. La fábrica propia en EE.UU., una de las mayores del país, le permitiría responder más rápidamente a las tendencias que sus competidores, según los analistas. Además del factor industrial, una fábrica en territorio estadounidense puede convertirse en uno de los principales valores en la nueva era Trump, que amenaza con imponer aranceles a las marcas que fabriquen fuera del país. En las últimas décadas, la industria textil de EE.UU. ha perdido la mayoría de la producción local, que ha pasado de los 6.500 millones de prendas en 1995 a 575 el año pasado tras toca fondo con 380 millones de prendas fabricadas en el país en el 2009, según datos de la asociación americana de moda y calzado. Asimismo, la industria textil ha perdido gran parte del empleo, que rozó los 900.000 puestos de trabajo a principios de los noventa y el año pasado apenas superaba los 100.000, según la Oficina de Estadísticas Laborales.
American Apparel se declaró en quiebra el pasado noviembre con una deuda de 177 millones de dólares (unos 167 millones de euros). El anterior director general, Dov Charney, fundó la compañía a finales de los noventa, en plena deslocalización de la fabricación textil. Durante años, su estrategia a contracorriente funcionó y sus sudaderas se convirtieron en la prenda fetiche de la juventud americana. La compañía también era famosa por el elevado tono sexual de sus campañas publicitarias. En España tenía tiendas en Barcelona y Madrid, que cerraron tras la quiebra.
Paralelamente, Amazon sigue con su estrategia de abrir tiendas físicas sin hacer demasiado ruido. Esta semana anunció la apertura de su primera librería en Nueva York, de 1.200 metros cuadrados, en el Time Warner Center de Manhattan. El gigante del comercio electrónico abrió su primera librería en el 2015, en Seattle, y actualmente tiene también otras dos en San Diego y Portland y planea abrir en Chicago y Dedham (Massachusetts).
Una planta en territorio estadounidense será uno de los principales activos en la nueva era Trump