La voz pacificadora de los podemistas
LA LLAMADA ‘ABUELA DE PODEMOS’ ENCARNA A LA QUINTA DE LOS ‘YAYOFLAUTAS’, QUE EMERGIÓ EN EL 15-M DE MADRID
Teresa Torres vivió 40 años en Madrid con su marido hasta que ahorraron para volver a Jarandilla de la Vera
La abuela de Podemos, Teresa Torres, una jubilada de 76 años, de la localidad cacereña de Jarandilla de la Vera, había sido noticia porque su conmovedora participación en un acto electoral de la coalición, el 15 de junio pasado, apenas diez días antes de la repetición de las elecciones generales, fue convertida por la coalición Unidos Podemos en uno de sus spots electorales, y ha vuelto a ser noticia por el mensaje de voz que envió hace diez días a Pablo Iglesias riñéndole por las luchas intestinas. Iglesias difundió el mensaje pidiéndole perdón a ella y a la militancia, haciendo propósito de enmienda e invitando al resto de cargos de Podemos a reconducir el debate.
El peso simbólico de Teresa Torres no descansa en la paradoja de haberse convertido en uno de los rostros de un partido fundado por jóvenes profesores de universidad y que destaca por la evidente juventud de la mayoría de sus cargos, sino precisamente en lo contrario: desde antes incluso de la creación de Podemos, el movimiento de indignación que tomó las calles y plazas españolas en mayo del 2011, con epicentro en el 15M de la Puerta del Sol de Madrid, había destacado por su condición intergeneracional, y a los más mayores de aquellos primeros círculos de debate les quedó el apodo de yayoflautas. El analista electoral Jaime Miquel lo explicaba de forma elocuente en el 2014: “En el 15-M ya veías que la generación más joven lideraba a las precedentes. Allí, la gente joven hablaba y enseguida los viejos se les abrazaban. Veías una sintonía generacional, dirigida por los jóvenes. Y de inmediato, desaparecieron los votos del PSOE”. Teresa Torres ilustra ese desencanto, de forma literal, en el vídeo de junio: “El día que ganó Felipe González lloré de emoción porque al fin llegábamos. Porque yo nací de izquierdas, soy del 40, y ahora me siento avergonzada. Parece un capo. Están endiosados. Felipe González hizo mucho por España, pero España hizo más por él. Iba a ser un abogado pero en el mundo entero lo conocen porque España lo quiso mucho y ahora nos ha dado la espalda”. Decía que nunca había oído a Felipe González preocuparse por la gente que lo votó y que hoy no llegaba a fin de mes y aludía expresamente a la presencia de ex altos cargos socialistas en los consejos de administración de las compañías eléctricas. “Nunca les he oído decir a los socialistas ‘No voy a estar en las eléctricas porque encarezco esa luz, y hay gente que no se puede calentar”, decía la anciana.
Torres no nació en Jarandilla sino algo más al sur, en Garciaz, y encarna la antítesis del retrato robot del simpatizante de Podemos –joven, varón, urbano y con estudios superiores–, pero es el símbolo de una generación sometida a penurias y esfuerzos que había puesto su confianza en los socialistas, tras el fin del franquismo. Torres y su marido tuvieron que dejar su pueblo y emigrar a Madrid, donde él trabajó como albañil y ella sacó adelante a tres hijos. “Pasaron momentos muy duros, volvieron cuando pudieron hacerse su casa, y viven con una pensión exigua”, explica Álvaro Jaén, secretario general de Podemos Extremadura, quien asistió a la puesta de largo de Teresa Torres en el mitin de junio de Podemos. “Al acabar el acto, como tenemos la buena costumbre de que la gente intervenga, ella pidió hablar, y lo hizo desde la autoridad de una generación que había sido leal al PSOE y que se sentían defraudados, engañados, y habían decidido retirar la confianza a los socialistas”.
La memoria de los viejos socialistas desesperanzados con el rumbo del PSOE está muy presente en el discurso de Teresa Torres y de hecho, volvió a aludir a ello en el mensaje que esta navidad le envió a Iglesias para pedir el cese de las hostilidades internas. Torres aseguró que Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, hoy votaría a Podemos. “Que no nos echen la culpa a Podemos de que les quitamos la gente. No es Podemos, son ellos, son la gente del PSOE”.
Y lanzaba un exhorto para pedir el fin de “los líos” entre errejonistas y pablistas en la formación morada: “¿Vamos a echarlo todo a perder por esa tontería de ‘yo quiero estar en primera fila’? Pero, dios mío, ¡en qué país vivimos! Que vosotros, que sois nuestra esperanza, estáis ahí hablando de tonterías y no de autovías o de las pensiones..., y no de este tres cuartos al pregonero, que os copian todo lo que decís”.