BIKINIS’46
Tras seis años de guerra mundial, no es mala cosa recordar que 1946 fue el año del bikini, inofensiva arma de seducción masiva. Aunque para algunas mentes biempensantes resultó toda una declaración de guerra esa prenda compuesta de dos breves piezas capaces de subir la temperatura tanto o más que una bomba atómica. Como es sabido, bomba y bikini están íntimamente relacionados pues fue una prueba de un artefacto atómico en el atolón polinesio del mismo nombre la que dio la idea de su apelativo al ingeniero francés Louis Reard, un experto en el interior del automóvil que ha acabado siendo más recordado por su habilidad con las prendas interiores femeninas. Reard competía por crear el traje de baño más pequeño del mundo con un rival que había bautizado a su bañador como Átomo, de ahí que lo del bikini le pareciera una ingeniosa vuelta de tuerca.
Como se ve, los franceses estaban decididos a recuperar la normalidad tras unos años grises en los que Hitler quería que ardieran París y sus monumentos en la bárbara hoguera nazi. El rojo de las llamas tenía que ser sustituido por “las cosas en rosa”, como decía inicialmente una canción escrita por Edith Piaf a sugerencia de la también intérprete Marianne Michel. Esta última le propondría asimismo sustituir el sujeto de la frase y así quedó
La vida en rosa, una melodía que con su sabor romántico y melancólico permitiría pasar página de un pasado que muchos franceses preferían relegar a un discreto olvido, Piaf incluida.
Bikinis, música… y cine. El entretenimiento made in
France se completaría con el sello inequívoco del Festival de Cannes, otra creación de 1946 que ha sabido perdurar. Bien, para ser exactos habría que matizar que se celebró por primera vez en 1939, pero con tan mala fortuna que se inauguró en pleno mes de septiembre con los alemanes al acecho, y la guerra en Europa hizo que las estrellas de la gran pantalla optaran por poner pies en polvorosa. Así que siete años después los franceses volvieron a la carga con este certamen concebido para eclipsar a su homólogo veneciano. La
France, toujours la France.