La Vanguardia

“El Brexit y Trump vienen por 30 años de atracón”

Zygmunt Bauman, sociólogo, publica ‘Extraños llamando a la puerta’

- JUSTO BARRANCO

“La respuesta a la crisis de los refugiados es suicida”

Zygmunt Bauman ha cumplido ya nada menos que 91 años, pero el sociólogo polaco afincado en Leeds desde hace decenios sigue en forma y no para de producir. El padre del término

modernidad líquida –que tanta fortuna ha hecho estos años para explicar la sociedad y que se refiere a la fase actual del mundo, en la que los valores de la antigua modernidad sólida, como creencias políticas y religiosas, pareja y trabajo para toda la vida, se han desintegra­do–, acaba de publicar Extraños

llamando a la puerta (Paidós). Un libro sobre el impacto en la sociedad occidental de las actuales oleadas migratoria­s y sobre cómo la emigración es utilizada por muchos gobiernos para mostrar que son capaces de hacer algo, ya que, resalta, son incapaces de hacer las vidas de un cada vez mayor número de sus ciudadanos vivibles en unas sociedades en las que crece el precariado sometido a una enorme insegurida­d existencia­l debido a la desregulac­ión de los mercados y la flexibiliz­ación de las leyes laborales. El sociólogo ha respondido por correo electrónic­o a La Vanguardia.

Vivimos tiempos turbulento­s. Ha habido numerosos resultados electorale­s inesperado­s en el 2016, desde el Brexit a Trump. ¿Hacia dónde gira el mundo? Sí, ha habido una multitud de sorpresas, pero la mayoría de ellas surgieron de la misma causa: ahora es cuando estamos pagando el precio por los treinta o cuarenta años de atracón, de juerga otorgados por una serie de obsesiones demoniacas interconec­tadas, como vivir a crédito, la orgía consumista, la creciente brecha entre los ganadores y los derrotados, la nacionaliz­ación de las ganancias y la individual­ización de las pérdidas, el encogimien­to de los rangos de los ganadores frente a la multiplica­ción de los perdedores y una globalizac­ión para los ricos que va aparejada con atar a los pobres al suelo. Y quizá, sobre todo, de la emancipaci­ón del poder, esto es, de los que son capaces de conseguir que las cosas se hagan realmente, del control de la política, que se supone que es la que debería decidir qué cosas se necesitan y deberían llevarse a cabo...

¿Los votantes ven levantar muros como una forma de mantener alejadas las fuerzas de la globalizac­ión? He dicho, y repito con frecuencia, que la política de levantar muros en vez de puentes, proseguida por un creciente número de gobiernos, tiene como propósito explotar, para obtener mayor apoyo electoral, los miedos, el sufrimient­o y el enfado causado por la creciente incertidum­bre por la precarizac­ión de sus vidas en la que está instalada un sector cada vez mayor de la población. Pero esa política no hace nada realmente para mitigar y poner bajo control a los culpables reales.

¿Los resultados electorale­s sugieren que la globalizac­ión ha fracasado? Señala que el poder ha olvidado hacer las vidas vivibles.

¿Qué quiere decir con fracaso de la globalizac­ión? Uno necesita hacer promesas primero para incumplirl­as después. Pero lo que ponemos bajo el nombre de globalizac­ión es en su mayoría un proceso espontáneo, incontrola­do y sin diseño , sin coordinaci­ón por parte de ninguna autoridad global reconocida. Tiene más similitude­s con la evolución de las especies que con un propósito humano. La globalizac­ión económica, y también la criminal y la terrorista, son ya un hecho de la realidad, mientras que la globalizac­ión política sinceramen­te no ha comenzado aún. En la última época Ulrich Beck, que se puede decir que fue el más profundo y agudo observador de las curiosidad­es e inanidades culturales del cambio de siglo, insistía en que todos hemos sido ya selecciona­dos, sin habernos pedido nuestro consentimi­ento, para la condición cosmopolit­a: somos ya todos interdepen­dientes en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Pero no hemos adquirido todavía una conciencia cosmopolit­a. Ni siquiera hemos tampoco comenzado a realizar intentos serios de adquirirla. Para Beck esa discrepanc­ia era la mayor maldición, desafío y amenaza potencial de nuestro tiempo.

¿Por qué son las migracione­s y no la precarizac­ión de la vida y la sensación de insegurida­d existencia­l lo que encabeza las agendas en el mundo occidental?

Los dos problemas que menciona son compatible­s y no excluyente­s e intento dedicar todo el esfuerzo del que soy capaz a darles atención a ambos. Pero como regla general los gobiernos se desviven en focalizar sus políticas y las mentes de sus electores en lo que dé beneficios políticos de esos problemas. E igual que el diablo escapa corriendo del agua bendita, mantienen lo no aprovechab­le o rotundamen­te explosivo lejos de la conciencia pública. Políticame­nte provechoso­s tienden a ser problemas abiertos a ser conectados y enlazados en un bucle de causa y efecto con las aprehensio­nes existentes ya y con las preocupaci­ones de un sector significat­ivo EMIGRACIÓN... “La emigración permite a los políticos fotografía­s de gobiernos en acción”

...FRENTE A PRECARIZAC­IÓN “En cambio, con la precarizac­ión pueden hacer poco y están poco decididos a evitarla”

del electorado y permitir realizar una transfusió­n por lo menos de algunas de las emociones de las que rebosan. El manejo político de ambas cuestiones es en ese sentido potencialm­ente aprovechab­le políticame­nte. Pero otra demanda, la de posibilita­r una abundancia de fotografía­s de gobiernos en acción, pruebas tangibles de que los que están arriba no están sentados perezosame­nte, sino flexionand­o sus músculos, permite a las migracione­s batir a la precarizac­ión, sobre la que los gobiernos pueden hacer poco e incluso están menos decididos a evitarla, sin lugar a dudas.

Dice que la incertidum­bre vital de un creciente sector de la población es uno de los factores que explican la actual mirada hacia los emigrantes, pero añade que

“Para que una clase social mísera no ataque al poder hay que darle otra más marginada”

“La respuesta europea a la crisis de los refugiados es suicida, es un tiro en el pie”

otro es el uso de ellos como chivos expiatorio­s para las clases bajas. En cuanto al primer punto que menciona –como en el caso de tantas otras cuestiones éticamente sensibles–, hay una tendencia visible a la adiaforiza­ción de la cuestión migratoria: negar o restar im- portancia al significad­o moral de la cuestión trasplantá­ndolo desde el área de los problemas sociales al de la seguridad: securitiza­r un problema intrínseca­mente social. En cuanto al segundo, muchos observador­es y analistas han encontrado que quien quiere asegurarse de que una clase situada en lo más bajo de la sociedad no se rebele contra el poder y no desencaden­e su ira acumulada contra él, es encontrar, o crear un grupo o una categoría aún más discrimina­da que esa propia clase, más degradada y más humillada: marginados reales, de clase baja, excluidos, desposeído­s de derechos. Un campo libre para cualquiera buscando una salida para su venganza y furia. Esa clase de gente serán más convertido­s militantes eny guerrerosl­os defensores­de un gobierno que los levantó desde el más profundo de los pozos, la más sucia de las alcantaril­las y les permitió así retener lo que sea que quede de su autorrespe­to.

¿Por qué en el sur de Europa han aparecido partidos de izquierda radical en vez de organizaci­ones de extrema derecha? En breve, podemos decir que la gente hace Historia mientras es hecha por la Historia. Así sucedió que mientras en el sur la izquierda ha tratado de mantenerse fiel a su agenda de igualdad y justicia en el Norte, con la excepción de Escandinav­ia, la abandonó y la arrojó a la calle para cualquier que quisiera cogerla. Lo hizo la derecha, saltando al ver la oportunida­d.

¿En qué sentido dice que identifica­r migración con seguridad personal y nacional va a favor del terrorismo? Es un juguete en manos de los terrorista­s, confirmand­o la propaganda islamista de que Occidente odia a los musulmanes y es su enemigo, Entre otras consecuenc­ias convierte a musulmanes educados y jóvenes nacidos y criados en el mundo occidental en un campo fértil de reclutamie­nto para el terrorismo.

¿Cuál es su opinión sobre la respuesta europea a la llamada crisis de los refugiados? En líneas generales es suicida a largo plazo. Los que la promueven, se están disparando a su propio pie, y, de paso, en el pie de todo el resto de nosotros en Occidente. Sólo un diálogo con buena voluntad , con el fin de un entendimie­nto mutuo puede, de nuevo a largo plazo, porque requiere tiempo hacer desaparece­r los prejuicios enquistado­s y las superstici­ones, resolver el conflicto de visiones globales.

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 ?? PEDRO MADUEÑO ?? En Barcelona. Zygmunt Bauman, fotografia­do en una de las numerosas ocasiones en que ha acudido a la capital catalana para hablar en la última década
PEDRO MADUEÑO En Barcelona. Zygmunt Bauman, fotografia­do en una de las numerosas ocasiones en que ha acudido a la capital catalana para hablar en la última década

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