Una Cerdanya con grandes vistas
Estudiosos catalanes y franceses seleccionan y documentan 169 paisajes de montaña
ROSA M. BOSCH Dos solitarios bancos asoman a un lado de la serpenteante carretera que enlaza Saneja y Guils de Cerdanya. La sorprendente ubicación, en la Serra dels Fills, no es por casualidad. Los asientos invitan a la contemplación de un paisaje presidido por los 2.913 metros del Puigmal, la silueta de la Tosa d’Alp o la de las Penyes Altes de Moixeró, además de los característicos cercados de la Cerdanya. Este mirador es uno de los 169 puntos de observación documentados en el pionero plan de paisaje transfronterizo de la Cerdanya, un trabajo liderado por el Observatori del Paisatge de Catalunya.
Instituciones catalanas y francesas se han aliado para poner en valor un territorio común. Uno de los primeros pasos ha sido la elaboración de este documento acompañado de un detallado mapa. “Los 169 puntos surgen gracias a las aportaciones realizadas por los habitantes y los ayuntamientos de los municipios de la Cerdanya. Primero se realizó una consulta ciudadana para saber cuáles eran los miradores con más carga simbólica y social para la población ceretana y después hemos hecho un reconocimiento sobre el terreno para verificar la información recibida”, explica Pere Sala, coordinador del Observatori del Paisatge, que ha desarrollado este proyecto junto con el Parc Naturel Régional des Pyrénées Catalanes y el Consell Comarcal de la Cerdanya.
Las localizaciones seleccionadas se han agrupado en cinco ca- tegorías en función de su ubicación: en cimas u otros enclaves elevados; los que están dentro de pueblos y forman parte de la vida cotidiana de sus habitantes; en márgenes de carreteras; los relacionados con elementos patrimoniales, como ermitas o castillos, y los que ofrecen un campo de visión de 360 grados. Desde la cumbre del Carlit, la de más altitud de la Cerdanya, de 2.921 metros y con vistas al Canigó, la Pica d’Estats o el Aneto, hasta el Coll
del Calvari, en Font Romeu, o el Parc del Mirador de Bolvir.
La afluencia turística durante las fechas más señaladas, como el periodo vacacional navideño, contrasta con la tranquilidad de los días laborables. Un soleado lunes de mediados de diciembre, Manolo Fidalgo, jubilado de 73 años, era la única persona que disfrutaba de la perspectiva que ofrece el citado Parc del Mirador de Bolvir, una de la localidades con más segundas residencias de personajes del papel couché. “Mire, esa es la casa que se han construido Piqué y Shakira, y aquí abajo está la de Jordi Pujol Ferrusola”, enumeraba el vecino ceretano. Pero si esta plazoleta forma parte del inventario del paisaje es por otro tipo de panorámica. “Desde aquí se divisan todas las montañas de la parte sur de la Cerdanya: el Cadí, la Tosa d’Alp, el Puigmal...”, subraya Pere Sala.
Excepto Ur, todos los municipios de esta región transfronteriza tienen al menos un punto de observación. El que más ostenta es Bellver, con 19, seguido de Lles, con 17, y Montellà i Martinet, con 11. Uno de los que ofrecen un paisaje más privilegiado es el ubicado en el Coll del Calvari del municipio francés de Font-Romeu, a 1.836 metros. En esta suerte de balcón presidido por la crucifixión se pueden ubicar fácilmente montañas, valles, pueblos y otras
CONSULTA CIUDADANA Los habitantes de la Cerdanya propusieron localizaciones por su carga simbólica y social PROYECTO PIONERO EN EUROPA El plan fija la hoja de ruta para poner en valor el paisaje a ambos lados de la frontera
referencias geográficas gracias a carteles que indican tanto la orientación y la altitud como la distancia a la que se encuentran. Del Canigó (2.785 m. a 25 km) al valle de Eyne (1.675 m, a cinco km) o el refugio de la Calme (2.150 my a tres km), entre otros.
Como indica el presidente del consejo comarcal, Ramon Moliner, este documento recopilatorio, además de poner en valor el paisaje, ofrece información práctica para el visitante y para las empresas de senderismo. Fruto de la alianza entre la Cerdanya Nord y Sud es el primer mapa del paisaje transfronterizo, a escala 1:50.000, que verá la luz en los próximos días.
El siguiente paso –apunta Sala– es crear un grupo de trabajo entre ayuntamientos y otras entidades para culminar la iniciativa. “Un mirador es un espacio con un valor contemplativo, de relax, que también tiene interés turístico, por eso las propuestas suponen facilitar el acceso a los 169 enclaves, armonizar la señalización y diseñar rutas. También se puede utilizar este plan como recurso educativo para acercar a los escolares a su comarca”, añade Sala.
Siguiendo lo que establece el Convenio Europeo del Paisaje (CEP), firmado en el año 2000 en Florencia a instancias del Consejo de Europa, la Cerdanya ha esbozado una hoja de ruta encaminada a preservar sus valores naturales. Los retos del actual plan, que arrancó en el 2012, son potenciar los espacios agrícolas, en concreto la característica closa
cerdana (zona de cultivo delimitada por márgenes o cercados con vegetación perpendicular a los canales y caminos, algunas de origen romano), compatibilizar las funciones ecológicas de los bosques
EN FONT-ROMEU Desde el Coll del Calvari, un mirador a más de 1.800 metros, se otea el Canigó EN BOLVIR “Desde aquí se divisan todas las montañas del sur de la Cerdanya: el Cadí, el Puigmal...”