Hadijatou Mani
Un documental relata cómo una joven analfabeta que venció al Estado de Níger alienta a otras mujeres a exigir su libertad
EXESCLAVA DE NÍGER
Vendida como esclava a los doce años, Mani consiguió que se condenara al Estado de Níger por tolerar que una niña fuera vendida y sometida a trabajos forzados y violencia sexual. Su ejemplo ha alentado a otras mujeres a exigir su libertad.
Por qué me vendisteis?, pregunta Hadijatou Mani a su madre, en una de las primeras escenas del documental Free. Hadijatou contra l’Estat. La madre, otra víctima de la esclavitud, niega que ella tuviera nada que ver con la transacción que supuso que Hadijatou pasara a ser propiedad de un sexagenario terrateniente cuando sólo contaba doce años. Lala Gomà y Rosa Cornet iniciaron el rodaje de la historia de esta mujer de Níger en el 2009 y tras numerosos obstáculos, económicos y también por la inseguridad, han logrado mostrar el resultado al público hace pocas semanas.
Hadijatou es un ejemplo para las miles de mujeres que en Níger siguen bajo el yugo de sus amos. Ella consiguió una sentencia histórica en el 2008, cuando el tribunal de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Ecowas, en sus siglas en inglés) condenó al Gobierno de Níger por tolerar que una niña fuera vendida y sometida a trabajos forzados y a violencia sexual. El caso despertó el interés de la realizadora Lala Gomà y la guionista Rosa Cornet, que en el 2009 se desplazaron a Níger para iniciar un proyecto que se ha prolongado ocho años. “Empezamos grabando nosotras, pero el seguimiento lo tuvo que hacer un productor de Niamey, Salissou Rabé, por el peligro que implica desplazarse por la zona debido a los grupos armados y también por falta de recursos”, relata Gomà, que dirigió el trabajo de Rabé vía skype, por e-mail y por teléfono.
La implicación de Rabé fue determinante. Ser hombre y nigerino le facilitó el acceso a El Hadj Souleymane, el ganadero que compró a la pequeña Hadijatou y uno de los personajes centrales del filme. El hombre, casado con otras cuatro mujeres, considera de lo más normal el comercio de seres humanos.
Hadijatou, en casa de su madre, recuerda ante la cámara esos primeros días, semanas, años bajo la tiranía del amo. Se rebelaba y se escapaba. Y las palizas se repetían, incluso embarazada, a los 13 o 14 años. Con Souleymane tuvo tres hijos, uno de ellos murió. Fue su hermano, convencido de que no tenía otra elección, el que cerró con un intermediario su venta, por unos 320 euros.
Su calvario llegó a oídos de la oenegé Timidria, aliada local de la británica Anti-slavery, que se involucró de lleno para hacer cumplir la ley. En Níger, la esclavitud se abolió en 1960, aunque no se penalizó hasta el 2003. “Pero, en regiones del Sahel azotadas por la pogunda, breza y la sequía, la tradición de esta práctica persiste. Mucha gente nace esclava simplemente porque su madre lo es. Crecen bajo el control de las familias poderosas, son obligadas a casarse sin su consentimiento y forzadas a realizar los trabajos más duros sin recibir pago alguno. Muchas acaban como esclavas sexuales”, denuncia Antislavery.
Hadijatou ganó la primera batalla y una indemnización de cerca de 15.000 euros. Pero perdió la se-
la custodia del hijo y la hija fruto de las violaciones del amo, ahora ya mayores. Tras huir de Souleymane, los niños se quedaron durante años con el padre perdiendo el contacto con Hadijatou. Influenciados por el padre, estaban convencidos de que su madre los había abandonado. Finalmente, Hadijatou ha reconstruido la relación.
El documental ofrece el testimonio de otras mujeres nigerinas que han escapado de sus amos y que siguen el camino de Hadijatou, ahora feliz, casada libremente con el hombre que eligió y con el que ha tenido tres hijos. Sin saber leer ni escribir, Hadijatou, ahora con poco más de 30 años, derrotó a su Gobierno y rompió el eslabón de la esclavitud.
Hadijatou, esclava ya a los 12 años, derrotó a su amo y ahora vive la vida que ha elegido con su nueva familia