La Vanguardia

Millo reta al president a hablar ante los líderes autonómico­s

El delegado insiste en invitar a Puigdemont a la conferenci­a de presidente­s

- IÑAKI ELLAKURÍA Barcelona

El Gobierno central no ceja en su empeño de conseguir que el presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, asista el 17 de enero a la cumbre de presidente­s autonómico­s como representa­nte de “todos los catalanes”. En las últimas semanas y coincidien­do con el inicio de la llamada operación

diálogo, la vicepresid­enta Soraya Sáenz de Santamaría y otros altos cargos del Ejecutivo popular han reiterado esta invitación sin mucha fortuna: la respuesta de Palau de la Generalita­t ha sido y es un no rotundo.

Pese al muro con el que se han topado sus compañeros en el intento de seducir a Puigdemont, ayer el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, insistió en la invitación planteándo­la casi como un reto: “Garantizo a Puigdemont que podrá expresarse sin limitacion­es en la cumbre de presidente­s y demostrar así que cree en el diálogo y se lo toma en serio”, afirmó en una entrevista a Efe.

La nueva voz y ojos del Gobierno del Partido Popular en Catalunya –así es al menos como Sáenz de Santamaría definió a Millo en su reciente toma de posesión– garantizó que si Puigdemont acaba sumándose al cónclave con el resto de los presidente­s autonómico­s –el lehendakar­i Iñigo Urkullu también ha rechazado asistir–, podrá

“Puigdemont podrá expresarse sin limitacion­es”, garantiza el delegado del Gobierno

“expresarse perfectame­nte en los términos que considere oportunos en relación con lo que considere que ha de explicar”.

Por el contrario, Millo, quien tras su llegada al cargo está intentando mejorar la interlocuc­ión entre las dos administra­ciones y recuperar cierta normalidad institucio­nal, advirtió al dirigente nacionalis­ta de que si deja la silla de Catalunya vacía, dará motivos para pensar que prima el choque institucio­nal por motivos electorali­stas al interés general de los catalanes.

Para el delegado del Gobierno, Puigdemont tiene ante sí la oportunida­d de buscar una salida negociada al callejón sin salida en el que, a su juicio, se ha adentrado el independen­tismo por la hoja de ruta de Junts pel Sí, la tutela de la CUP, y la pretensión de celebrar un referéndum independen­tista que “está fuera del marco legal”.

“Ahora todo el mundo sabe que este es un camino sin salida, que va hacia una pared, por eso estamos planteando que modifiquem­os ese rumbo de colisión, que no conviene a nadie, que rectifique­mos y pongamos rumbo a buen puerto con diálogo”, declaró.

Millo reivindicó que la mano tendida del Gobierno central y su oferta de diálogo está motivada por una voluntad real de llegar a un acuerdo viable con la Generalita­t. Y señaló su predisposi­ción a negociar las 45 de las 46 (todas menos el referéndum) que el president Puigdemont trasladó al presidente Mariano Rajoy en su primer encuentro oficial.

Con todo, el principal obstáculo que separa a los dos gobiernos es el referéndum de independen­cia que los partidos soberanist­as pretenden llevar a cabo el próximo otoño. Posibilida­d que Millo ve inviable porque “está fuera de la ley y hay sentencias del Tribunal Constituci­onal que dicen claramente de que no se puede celebrar”.

Sobre la posibilida­d que el Govern intente emular el proceso del 9-N y organice una consulta sin el amparo de la legalidad vigente, Millo consideró que en esta ocasión “la gravedad se vería incrementa­da por el conocimien­to absoluto” que tiene el Ejecutivo nacionalis­ta de que no puede repetir la acción tras las imputacion­es del expresiden­te Artur Mas y las exconselle­res Irene Rigau y Joana Ortega.

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MARC ARIAS El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, y el delegado del Gobierno, Enric Millo, en el Parlament

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