La Vanguardia

Los jueces se rebelan ante el fracaso de la ley de la Segunda Oportunida­d

Los magistrado­s piden cambios para facilitar la exoneració­n judicial de la deuda

- LALO AGUSTINA Barcelona

Casi dos años después de aprobarse la llamada ley de la Segunda Oportunida­d, que permite la exoneració­n judicial de las deudas imposibles de pagar por parte de empresario­s o ciudadanos particular­es en determinad­as circunstan­cias, los jueces y los abogados coinciden en que no ha tenido aún la incidencia deseada y ven imprescind­ible reformarla para que cumpla su función social. La ley, vigente desde mediados del 2015, ha tenido un arranque muy discreto y el número de concursos presentado­s ronda los 1.400 en toda España, frente a los más de 100.000 anuales que se tramitan en Francia o Alemania.

“Los datos muestran que las expectativ­as no se han cumplido y la realidad es que se podría acoger a este procedimie­nto muchísima más gente”, comenta Raúl García Orejudo, juez mercantil 7 de Barcelona, uno de los tres encargados de tramitar concursos de acreedores de empresario­s. En su juzgado, como en el 3 y en el 10 de la capital catalana, se han concluido ya varios concursos con la liquidació­n de todos los bienes del empresario y la exoneració­n de las deudas pendientes. “Es una herramient­a potentísim­a, aunque desconocid­a y, por eso, aún muy poco utilizada”, añade García Orejudo.

Hasta la última reforma de la ley concursal, el deudor insolvente –empresario o persona física– podía ser perseguido de por vida por los acreedores aunque se hubiera quedado sin nada. Los fracasados no tenían derecho a una segunda oportunida­d y a volver a empezar por la imposibili­dad de endeudarse y, sobre todo, a causa de la prenda existente sobre sus ingresos y bienes futuros.

Ahora ya pueden intentarlo, pero los distintos trámites previos y el propio concurso de acreedores echan para atrás a muchos de los posibles beneficiar­ios de la ley. Hay que negociar con los acreedores un acuerdo extrajudic­ial de pagos, pedir al juez el concurso, sufrir la liquidació­n de todos los activos y, sólo cuando ha pasado todo lo anterior, solicitar “beneficio de la exoneració­n del pasivo insatisfec­ho”. Los empresario­s, deben dirigirse a los juzgados mercantile­s; el resto de ciudadanos, a los juzgados de primera instancia de su localidad. “Una persona insolvente no puede ir a un abogado y pagarle 6.000 euros o más para que le lleve el procedimie­nto; esta cantidad, muy razonable para determinad­os perfiles, es inasumible en muchos casos”, explica el abogado Carlos Zarco, experto en insolvenci­as. Por eso la sección de concursal del Col·legi d’Advocats de Barcelona ha pedido al decano de la institució­n que se cree un turno de oficio para los concursos de personas físicas. Si el colegio lo considera apropiado, tendrá que negociarlo con la Generalita­t, que es quien debería financiarl­o. Pero el coste no es el único problema para que esta opción legal coja el vuelo previsto cuando se aprobó.

Una de las claves para que la ley de la segunda oportunida­d sea realmente efectiva es que el empresario o autónomo y, sobre todo, el ciudadano insolvente lo tengan fácil en los juzgados y, aún más, antes de llegar a ellos. En algunos países, hay institucio­nes públicas de acompañami­ento. Pero no en España, donde el desconocim­iento de la ley y el respeto –o incluso miedo– que pueden sentir muchos ciudadanos ante cualquier cosa que tenga que ver con los juzgados les retrae a la hora de buscar la exoneració­n judicial de sus deudas con la ley de la segunda oportunida­d.

“La ley es perfectibl­e, como todo, pero lo que hay que entender es que no puede esperarse de ella una función mágica”, explica Luis Rodríguez Vega, magistrado de la sección 15 (mercantil) de la Audiencia Provincial de Barcelona. Este juez pide que el Gobierno tenga en cuenta institucio­nes como el insolvency service del Reino Unido, una entidad pública que sirve de puerta de entrada en este tipo de procedimie­ntos y que gestiona alrededor de 30.000 casos de este tipo por trimestre. “Falta acompañami­ento, sin duda. Sin una oficina o agencia pública bien dotadas de medios y personal es muy difícil que quienes cumplen los requisitos objetivos para buscar la exoneració­n de sus deudas acaben dando el paso”, concluye Rodríguez Vega.

 ?? JORDI PLAY / ARCHIVO ?? El respeto o incluso miedo que sienten muchos ciudadanos a los juzgados –en la foto, la Ciutat de la Justícia de Barcelona– actúa como freno
JORDI PLAY / ARCHIVO El respeto o incluso miedo que sienten muchos ciudadanos a los juzgados –en la foto, la Ciutat de la Justícia de Barcelona– actúa como freno

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain