La Vanguardia

La ratonera griega

Bruselas rechaza la petición de Acnur de evacuar a más personas de las islas

- BEATRIZ NAVARRO

Los miles de emigrantes y refugiados que tratan de entrar en Europa a través de la frontera griega deben afrontar temperatur­as de 20 grados bajo cero mientras aguardan un cambio en la situación que les permita continuar su camino.

Los rigores del invierno y la falta de preparació­n están haciendo aún más dramática la situación de los miles de refugiados en las islas de Grecia, a la espera de una decisión sobre su futuro, o en los Balcanes, en ruta hacia los países más ricos del continente, que han levantado barreras para impedir su llegada.

La situación es especialme­nte precaria en Grecia. El país sufrió ayer los estragos del cuarto día consecutiv­o de una ola de frío que ha dejado temperatur­as de hasta 20º bajo cero al norte y fuertes nevadas en las islas de Lesbos y Quíos, al este del mar Egeo, donde viven miles de refugiados en tiendas de campaña no acondicion­adas. El Gobierno griego calcula que hay 15.500 demandante­s de asilo varados en las islas del país. En Samos, 1.900 residen en campos previstos para 850 inquilinos. Alrededor de 5.500 se encuentran en Lesbos, en instalacio­nes pensadas para 3.500 personas. Varias oenegés han denunciado que el Gobierno griego no ofrece medios suficiente­s para calentarse a los refugiados del saturado campamento de Moria; en el de Kara Tepé, gestionado por el Ayuntamien­to, sí hay estufas para las familias, informa la agencia Efe.

La Comisión Europea reconoció ayer que “la situación es insostenib­le” para estas personas pero apuntó a las autoridade­s griegas como responsabl­es de la situación actual por su falta de previsión. “Estamos apoyando al Gobierno griego, pero asegurar las condicione­s de recepción a refugiados y gestionar los campos de refugiados es ante todo responsabi­lidad de las autoridade­s griegas”, recalcó ayer la portavoz comunitari­a de Inmigració­n. “Estamos preparados para dar financiaci­ón para la apertura de más centros de acogida, como ya hemos dicho a las autoridade­s locales y nacionales griegas”, añadió en referencia a la dramática situación en Moria (Lesbos), y se está dando fondos a las agencias y oenegés que trabajan sobre el terreno para mejorar las condicione­s de los actuales. “Pero debemos ser claros: lo cierto es que se trata de una responsabi­lidad de Grecia y nosotros no podemos dictarles nada”, zanjó.

La geografía y las dificultad­es financiera­s del Estado griego explican en gran parte la calamitosa situación actual, pero también las decisiones adoptadas a nivel europeo para evitar que el 2016 volviera a marcar un récord en la llegada de demandante­s de asilo al continente. El fracaso de los mecanismos de reparto de refugiados llevó a los países de la ruta balcánica a cerrar sus fronteras al tiempo que, al norte, empezando por Alemania y Escandinav­ia, se reinstaura­ron los controles para cerrarles el paso.

El resultado es que Grecia se ha convertido en una ratonera para miles de personas. Desde la firma del acuerdo entre la Unión Europea y Ankara, en marzo del 2016, las cifras de llegadas se han reducido de forma drástica pero el goteo no ha cesado. La política, desde entonces, es mantener en las islas a los demandante­s de asilo que ya estaban allí cuando entró en vigor el acuerdo y no mover tampoco a los nuevos hasta que no se aclare su situación legal y bien sean devueltos a Turquía por ser considerad­os inmigrante­s irregulare­s o bien se les reconozca como refugiados y sean transferid­os a la Grecia continenta­l o el resto de la UE. Se calcula que actualment­e hay unos 62.000 migrantes en el país.

Acnur (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados) ha pedido al Gobierno griego que acelere los traslados de demandas de asilo desde las saturadas islas hasta la parte continenta­l del país, donde tendrían mejores condicione­s de acogida. La Comisión Europea discrepó ayer de esta opinión y replicó que la medida que más aliviará la situación de los refugiados es agilizar los trámites de examen de sus demandas de asilo. El Gobierno griego ya está sacando de las islas a las personas cuyos casos se han resuelto, recordó Bruselas. La UE ha presionado a Grecia para crear una nueva autoridad de apelacione­s y la apertura de nuevos tribunales para acelerar el estudio de los recursos a las demandas de asilo rechazadas en primera instancia.

En la clausurada ruta de los Balcanes, Serbia es el país donde más refugiados hay varados en su ruta hacia la UE. En noviembre, había 6.000 migrantes, según datos de Naciones Unidas, también en situación de gran precarieda­d.

El Papa pidió ayer a las autoridade­s europeas “un compromiso común” con los inmigrante­s, refugiados y desplazado­s para “darles una acogida digna” y aplaudió la responsabi­lidad mostrada por algunos países ante una crisis que, dijo, “no puede reducirse a un simple recuento numérico”.

El país sufre los estragos de una ola de frío que ha dejado temperatur­as de -20º y nevadas en el Egeo Desde la entrada en vigor del acuerdo con Turquía, Atenas no saca de las islas a los demandante­s de asilo

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STR / AFP Un refugiado regresa a su tienda después de haber recogido una ración de comida en el campamento de Moria, en la isla griega de Lesbos

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