El nuevo gabinete afronta la confirmación del Senado
Los demócratas intentan descabalgar a Sessions y Tillerson
El yerno del presidente se incorporará al equipo de la Casa Blanca como asesor principal
Las principales entidades de defensa de los derechos civiles se han movilizado para impedir que el Senado confirme a Jeff Sessions como nuevo fiscal general del Estado, sobre todo las principales organizaciones afroamericanas como la Naacp, que guardan estremecedores recuerdos de los años en que Sessions ejerció de fiscal en Alabama.
Sessions será el primer miembro del gabinete Trump que se someta hoy a la audiencia ante el comité correspondiente del Senado previa a su confirmación. No parece que los esfuerzos demócratas vayan a prosperar, pero la batalla está servida. Recuerdan que Sessions no superó la confirmación para una plaza de juez federal precisamente por sus comentarios racistas. “El Ku Klux Klan estaba bien hasta que vi que fumaban marihuana”, declaró en una ocasión.
William Brooks, presidente de la Naacp, que hasta fue detenido en un acto de desobediencia civil en protesta por la nominación de Sessions, testificará en la audiencia del Senado. Su opinión es inequívoca: “Sessions es el peor candidato posible para fiscal general y ha sido nominado en el peor momento”. El momento es el de mayor movilización de la comunidad afroamericana desde los tiempos de Martin Luther King en protesta por los casos de violencia policial injustificada que habitualmente quedan impunes.
Pese a que contarán con el apoyo de la mayoría republicana, los candidatos a formar parte del gabinete deben superar una durísima prueba de idoneidad para el cargo, una demostración de que no incurrirán en conflicto de intereses, y una pormenorizada verificación de antecedentes. Precisamente, los demócratas han intentado demorar el proceso de confirmación de los miembros del gabinete, después de que el director de la Oficina de Ética Gubernamental, Walter M. Shaub, denunció públicamente el viernes que el calendario impone una “presión indebida” para llevar a cabo las investigaciones necesarias.
Pero una cosa es la audiencia, otra la comprobación de antecedentes y otra la votación de la confirmación, que no se producirá hasta después del 20 de enero, una vez el presidente electo haya tomado posesión. Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, aseguró que ningún miembro del gabinete será sometido a votación antes de que el FBI y la Oficina de Ética hayan emitido sendos informes. Los demócratas pretenden lógicamente retrasar la audiencia hasta conocer el contenido de los informes. “Las quejas de los demócratas se deben a su frustración por haber perdido las elecciones”, declaró McConnell.
Además de Sessions, el objetivo estratégico de la oposición demócrata es impedir la confirmación de Rex Tillerson como secretario de Estado. El expresidente de ExxonMobile, quien, por cierto, se ha prejubilado de la compañía con un finiquito de 180 millones de dólares, ha tenido que desprenderse de los negocios que le vinculaban con gobiernos de medio centenar de países y muy especialmente con Rusia. Por ahí van a atacar los demócratas en la audiencia prevista para el miércoles después del escándalo de los presuntos ciberataques rusos para beneficiar, también supuestamente, a Trump.
Ayer se confirmó que el yerno de Trump, Jared Kushner, será nombrado asesor principal del presidente. Kushner es también promotor inmobiliario y propietario de diversas empresas, incluido un periódico. Su cargo no requiere confirmación del Senado, pero deberá superar el examen del conflicto de intereses y desafía la ley federal antinepotismo que prohibe contratar a los parientes cercanos para cargos gubernamentales.