Los liberales europeos niegan a Grillo la entrada en su grupo parlamentario
Una decisión considerada por muchos disparatada no ha llegado a consumarse, pero el prestigio de la política europea se resiente por el absurdo episodio. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), del cómico Beppe Grillo, decidió ayer por amplia mayoría (78,5%), en una votación vía internet, incorporarse al grupo Alianza de Liberales y Demócratas de Europa (ALDE) –al que pertenecen también Ciudadanos, la antigua Convergència (hoy PDECat) y el PNV– en el Parlamento Europeo. Pero pocas horas después, el líder de la ALDE, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, rompió el acuerdo previo con los grillini y dijo que no eran bienvenidos porque “no hay suficientes garantías para llevar adelante una agenda común para reformar Europa”.
Tanto Verhofstadt como Grillo quedan en mal lugar, rozando el ridículo, a no ser que el cómico italiano buscara simplemente publicidad o distraer al personal de los graves problemas que tiene la alcaldesa grillina de Roma.
Algunos miembros del M5E ya se echaron las manos a la cabeza con la propuesta de Grillo, presentada a toda prisa y sometida a votación digital sin debate ni mínimo análisis. El líder del movimiento pretendía sólo tener más voz en la Eurocámara y disfrutar de los fondos previstos para los grupos parlamentarios. Pero suponía un contrasentido clamoroso sentarse junto a partidos que siempre han sido europeístas convencidos, constructores del euro, y que están muy identificados con el sistema financiero vigente. Grillo, exponente de un populismo muy singular, líder de un partido que maneja de modo autoritario a través de su blog, siempre ha hecho gala de un agrio euroescepticismo –propone celebrar un referéndum para decidir si Italia sigue o no en la moneda única– y de oponerse frontalmente a cómo funciona el actual sistema económico. Hasta ahora los de Grillo iban de la mano de los ultranacionalistas británicos del UKIP, de Nigel Farage, formaban parte del mismo grupo en Estrasburgo y aplaudieron el Brexit.
Los liberales alemanes –quintaesencia del establishment germano durante decenios (ocuparon muchos años los ministerios de Economía y de Asuntos Exteriores) y los franceses pusieron el grito en el cielo ante la perspectiva de verse asociados a Grillo durante un año electoral. Al final Verhoftstadt aceptó que se había equivocado.
En su blog, Grillo, tras el bofetón de ALDE, dijo que “el establishment ha decidido frenar el ingreso del M5E en el tercer grupo más grande del Parlamento Europeo”. “Hemos hecho temblar el sistema como nunca antes”, añadió. No se sabe si se quedará con el UKIP o irá al grupo mixto. Su intención en la próxima legislatura es un grupo autónomo que ha bautizado como Movimiento de Democracia Directa.