El Barcelona Bus Turístic renueva su imagen
El Bus Turístic cumple este 2017 treinta años de vida. Como corresponde a toda celebración de cumpleaños redonda, para tratar de seguir sintiéndose joven, el servicio de autobús turístico ha decidido pasar por el estilista y cambiar su imagen.
El nuevo look es un diseño multicolor, más moderno. Según sus creadores, se inspira en los rasgos que definen a Barcelona para los turistas: la textura del trencadís de Gaudí, las baldosas de las calles de la ciudad, los colores de las vidrieras de las iglesias, las sensaciones que desprenden las retículas metálicas de la torre Agbar, el pez dorado de Frank Gehry de la Vila Olímpica... Todo ello se sintetiza en una retícula triangular multicolor que busca convertirse en un símbolo fácilmente identificable, como lo era hasta ahora el gran ojo
con la Sagrada Família, el monumento de Colón y la pasarela del Maremagnum en su interior.
La renovación de la identidad visual de los autobuses coincide con la modernización de la flota, iniciada el año pasado con la incorporación de diez nuevos vehículos de catorce metros de longitud y un 35% más de capacidad en el piso superior. Este año se suman diez vehículos más de características similares para continuar rejuveneciendo la flota, formada por 77 vehículos. Todos los autobuses nuevos vienen adaptados a los tiempos que corren e incorporan un conector USB para que los turistas puedan cargar los teléfonos móviles mientras pasean por la ciudad. También suponen una mejora a nivel medioambiental. Pese a funcionar con motores diésel, están clasificados con la máxima categoría dentro de los propulsores térmicos Euro 6. “Serán más limpios que la flota que teníamos anteriormente”, apunta el consejero delegado de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Enric Cañas.
Los gestores del servicio, TMB y Turisme de Barcelona, aprovecharon ayer la presentación de la imagen renovada y los nuevos vehículos para destacar sus beneficios sociales. El presidente del comité ejecutivo de Turisme, Joan Gaspart, apuntó que “el conjunto de viajeros del Bus Turístic en temporada alta equivale a la circulación de 500 autocares menos”, con la consecuente reducción de congestión en las calles.
Además, defendieron que los 12,5 millones de beneficios anuales generados por los turistas al adquirir los billetes son un ingreso que ayuda a hacer sostenible la red de transporte público metropolitano. Según las cifras aportadas por TMB, los beneficios del Bus Turístic equivalen a la suma de los déficits operativos de las 21 líneas de Bus de Barri y tres líneas convencionales de alta demanda.
El Bus Turístic ayuda, en cierta manera, a suplir los recortes de las aportaciones del Gobierno, que han disminuido de los 173,5 millones en el 2008 a 98 en el 2016. La Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Àrea Metropolitana, en cambio, se han visto obligadas a aumentar su parte para poder financiar la congelación de tarifas por tercer año consecutivo y el funcionamiento rutinario de toda la red de transporte que utilizan los vecinos en su día a día. Aún deberían haberlo hecho más si no fuera por el servicio turístico.