La Vanguardia

Messi se queda solo

Entre Suárez y Neymar han perdido 24 goles de una temporada a otra

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ CARLES RUIPÉREZ

Hubo un tiempo en que al Barcelona le pillaron el truco. Hacía muchos pases cerca del área pero casi todas las jugadas acababan igual. Al final, el que chutaba era Leo Messi, que en dos temporadas (la 2011-12 y la 2012-13) marcó 133 goles. Eso lo detectaron las defensas, que tenían varios ojos preocupánd­ose del diez. Eso le pasó factura al equipo, que no levantó ninguna de esas Champions y sólo ganó la Liga de los 100 puntos con Vilanova.

El Barça detectó el problema y adelantó un año el fichaje de Neymar. El objetivo era quitar presión a Messi y tener dos amenazas para que los defensas no estuviesen tan pendientes de Leo. Un año después aterrizó Luis Suárez. Uruguayo, argentino y brasileño formaron la mejor delantera del momento con el triplete de Berlín y el doblete de la temporada pasada. Sin embargo, en este inicio de año, el Barça parece haber retrocedid­o a aquella época, a 2013. Porque el único que marca y mantiene vivo al Barcelona en la Liga y la Copa vuelve a ser Messi. Como entonces, el diez se ha quedado solo.

El que más se resiente es, evidenteme­nte, el equipo, que echó de menos la efectivida­d del tridente en 180 minutos y ha quedado en una situación muy delicada en los dos torneos que defiende como actual campeón. En un conjunto ideado para que ellos marquen la diferencia, los cracks deben aparecer. De un año a otro, entre Luis Suárez y Neymar han perdido 24 goles, algo que el argentino ha maquillado con más de un tanto por partido (25 en 22 aparicione­s) pero no ha disimulado por completo.

A estas alturas de la temporada pasada, el nueve y el once eran los dos máximos anotadores, con 27 y 17 celebracio­nes. 365 días después sus números han caído tanto que, juntando sus números (15 y 6), no llegan ni a la cifra que Suárez había alcanzado entonces él solito en tres partidos más, eso sí, ya que el Barça jugó la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubs.

Igual que Messi, el uruguayo y el brasileño tuvieron más vacaciones que el resto de sus compañeros por Navidad pero lejos de regresar con las pilas cargadas, su puesta en escena ha dejado mucho que desear. Sobre todo porque ambos acaban de renovar hasta 2021 con el Barcelona, que ha hecho un esfuerzo económico por reconocerl­os en el segundo escalón de la plantilla en salario.

Al charrúa se le ve lento en los últimos metros, sin el olfato que le llevó a la Bota de Oro, aunque su sacrificio en la presión nunca falta. Por su parte, al de Mogi das Cruzes hay que reconocerl­e que fue el mejor en San Mamés, donde provocó dos expulsione­s, pero su presencia en el área es cada vez menor. En Vila-real ninguno de sus cinco centros encontró rematador. Inicia mucho pero finaliza poco.

Oro en los Juegos Olímpicos de Río, Neymar suma 14 horas de juego sin marcar con la camiseta del Barcelona. Además, ninguno de sus seis goles ha sido decisivo. No ha abierto el marcador todavía, sino que suele aparecer a favor de obra como en el 4-0 al City, el 0-3 al Sporting o el 3-0 al Celtic. Y pese a ser un futbolista desequilib­rante hay que remontarse al 24 de septiembre en El Molinón para ver su

En la Liga, el brasileño no marca en jugada desde el 24 de septiembre y aún no ha abierto el marcador

último gol de jugada en la Liga.

A esa sequía inesperada se une el escaso papel de Paco Alcácer, fichado por 30 millones y que únicamente ha gritado gol una vez (Hércules). Luis Enrique no lo saca ni perdiendo en Vila-real mientras que en Bilbao sólo entró cuando el Athletic se quedó con nueve. Y para colmo le superan en registros canteranos como Sandro (9 goles en el Málaga), Munir (4 tantos en el Valencia) o Pedro (6 dianas en el Chelsea).

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© MIGUEL RUIZ / FCB Leo Messi controla el balón ante la defensa de Sergi Roberto y Umtiti en la sesión de ayer
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