Marco Lambertini
La OCDE arbitra un caso que enfrenta a dos oenegés por la violencia contra indígenas por parte de patrullas antifurtivos
DIRECTOR DE WWF INTERNACIONAL
La oenegé Survival ha tramitado una queja ante la OCDE contra la organización conservacionista WWF por tolerar que guardas de Camerún hayan atacado muchas veces a indígenas baka que dependen de la caza para sobrevivir.
Una investigación realizada en los últimos años por la oenegé internacional Survival –que defiende los derechos de los pueblos indígenas– sobre la violencia ejercida contra pigmeos por parte de guardas que combaten la caza furtiva en Camerún ha acabado en la mesa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Survival interpuso en 2016 una queja formal, recogida en un documento de 228 páginas, ante la OCDE “por los abusos violentos y vejaciones contra pigmeos bakas por parte de patrullas antifurtivos financiadas por WWF, la mayor organización conservacionista del mundo”.
Este caso alimenta el debate sobre hasta qué punto las acciones para proteger especies en peligro de extinción, como es el caso de gorilas, elefantes de selva o pangolines, en este ámbito de Camerún, son justificables si hipotecan la subsistencia de poblaciones indígenas. “Se está expulsando de sus territorios ancestrales a muchos pueblos cazadores-recolectores como los baka en nombre de la protección de la naturaleza”, denuncia Survival, que lamenta que numerosas personas de esta etnia, incluso una niña de diez años y ancianos, hayan sufrido palizas y torturas.
Survival entiende que la admisión de la protesta “indica que la OCDE mantendrá con WWF los mismos estándares en materia de derechos humanos que aplica a corporaciones con fines lucrativos”. Esta oenegé ha alertado reiteradamente que patrullas encargadas de luchar contra la caza furtiva en zonas
La réplica: “No concebimos la conservación con el hombre fuera del espacio protegido”
protegidas del sureste del país han arremetido sistemáticamente contra personas de la etnia baka en los últimos 20 años. La responsabilidad de WWF en este asunto se debería a que apoya económica y logísticamente al Gobierno de Camerún en la gestión de los parques naturales, según consta en la instancia emitida por la OCDE.
Los demandantes –precisa la OCDE– argumentan que WWF, antes de financiar esos cuerpos de guardas, debería haber comprobado que su acción se limitaba a frenar a los cazadores que hacen negocio con el furtivismo y no a los baka que cazan para sobrevivir. El papel de WWF en este asunto se ha traducido en la negación de los derechos de los bakas de seguir en sus tierras, según consta en las alegaciones presentadas por Survival.
WWF responde que no está de acuerdo con la mayoría de las acusaciones, rechaza que lleve la gestión de los parques nacionales de Camerún y afirma que su influencia en la toma de decisiones del Gobierno sobre estos temas es limitada. “En Camerún hay un clima de discriminación contra los baka, pero no tiene nada que ver con nosotros. Una cosa es que en un momento determinado se puedan haber cometido abusos contra los baka, cosa que nosotros rechazamos y condenamos, pero de ahí a decir que nosotros los torturamos... Estamos en todos los lugares del planeta donde hay máxima biodiversidad animal y humana, donde trabajamos con sus comunidades locales. No concebimos la conservación con el hombre fuera del espacio protegido”, asegura Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF en España.
ROSA M. BOSCH