Obama advierte en su adiós que la lucha por la democracia no termina
La despedida multitudinaria en Chicago, un acto de afirmación de la diversidad
El 44.º presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha despedido de sus compatriotas esta madrugada llamándoles a no desfallecer y a movilizarse políticamente. La lucha en defensa de la democracia nunca termina, ha venido a decir Obama, según los avances de la Casa Blanca, en un discurso de despedida centrado sobre todo en los desafíos que se ciernen sobre la sociedad estadounidense en un mundo cambiante y la anunciada contrarreforma de Donald Trump, para desmantelar su legado.
Los ideales de la equidad, la justicia, la inclusión y la no discriminación los resume Obama, como hizo la primera dama la semana pasada, afirmando que “la diversidad es una fuerza de la nación”, un mensaje que de alguna manera interpela a los nuevos gobernantes.
George Washington sentó el precedente hace más de dos siglos de que el presidente saliente pronunciara un discurso de despedida antes de abandonar el cargo. Sus sucesores han mantenido la tradición, pero Obama ha introducido un cambio. No ha pronunciado su discurso en la Casa Blanca, sino que lo ha hecho en Chicago, su ciudad adoptiva. “Elegí Chicago –dijo– no sólo porque es mi ciudad, donde conocí a mi esposa y donde formamos una familia, también porque es donde comenzó mi carrera en el servicio público”. Era una manera de decir que vuelve a empezar. Pese a la previsión de temperaturas bajo cero, encontrar una entrada para acceder al acto sólo estaba al alcance de quienes estuvieran dispuestos a pagar los 5.000 dólares que pedían revendedores en Craigslist.
Una de las obsesiones de Barack Obama –y también de la primera dama, Michelle– desde la victoria de Donald Trump en las elecciones de noviembre ha sido combatir el pesimismo que se ha instalado sobre todo en las filas demócratas y persuadirles de no darse por vencidos y mantener viva la esperanza. “El hilo conductor de mi carrera ha sido la idea de que cuando la gente normal se implica, se compromete y se une en el esfuerzo colectivo, las cosas cambian para mejor”, señaló Obama en el discurso radiofónico institucional previo a su despedida.
Como no podía ser de otra manera, el balance positivo por los objetivos logrados bajo su presidencia figuran en el inventario de despedida de Obama: los logros económicos, que han supuesto récords históricos en la creación de puestos de trabajo –más de once millones– o la reforma sanitaria que ha proporcionado seguro médico a veinte millones de estadounidenses. Aunque de lo que Obama se siente más orgulloso y cree que determinará más el futuro no sólo de Estados Unidos, también del planeta en su conjunto, es de los esfuerzos desplegados para combatir el calentamiento global que culminó con la firma del “Cuando la gente normal se compromete en el esfuerzo colectivo, las cosas cambian para mejor” acuerdo del Clima de París, el primer compromiso planetario para frenar seriamente el cambio climático. “Estados Unidos –adelantó el sábado– es una historia contada en un horizonte de tiempo largo, a trompicones, con momentos de dificultad, pero en última instancia, escrito por generaciones de ciudadanos que, de alguna forma, han trabajado juntos, sin hacer ruido, para formar una unión más perfecta. Durante los últimos ocho años, hemos añadido nuestro propio nuevo capítulo a la historia”.