Podemos se afana en un acuerdo interno previo a la asamblea de Vistalegre
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se han conjurado para alcanzar un acuerdo previo a la asamblea de Vistalegre que impida un choque de trenes entre las corrientes de afines a ambos. El riesgo, no solo de una fractura, sino de un congreso que se salde con vencedores y vencidos y debilite el cartel y la operatividad de la formación en un momento en que su intención de voto acaricia ya el 25% y analistas como Jaime Miquel, de JM&A, los sitúan por encima de los 90 diputados –32 escaños más que los socialistas–, parece haberlos convencido de que un acuerdo previo es un mal menor. Sobre todo viendo la intensidad que la pugna interna alcanzó tras la rebelión del errejonismo contra el cese de José Manuel López como portavoz en la Asamblea de Madrid.
Ambos líderes han expresado en las últimas horas su intención de llegar a acuerdos, el último, el portavoz parlamentario, entrevistado ayer en Espejo público. Pero la consigna de evitar a toda costa que se visibilice una lucha fratricida entre los partidarios de uno y otro parece haber puesto en marcha a todo el partido. Ayer la secretaria de análisis político, Carolina Bescansa, y el secretario de Economía de Podemos, Ignacio Álvarez, presentaron una iniciativa para formar el llamado Colectivo Mayo 2011, que pretende, no constituirse en una nueva corriente sino reunir a las existentes a discutir los asuntos políticos que centrarán la asamblea de Vistalegre en términos no sujetos a la dinámica de la disputa entre familias. Juntos han presentado la propuesta, mediante un artículo en la web infoLibre, un texto en el que explican su objetivo: “Queremos aportar nuestras propuestas, alimentar el debate y animar a todas las personas que forman Podemos a que se sumen a la discusión”.
Y sobre la gestión de las discrepancias tras Vistalegre, señalan: “La diversidad debe entenderse como un valor propio de una organización plural. Y después, cuando hayamos elegido nuestra hoja de ruta, la tarea de todas y todos será remar al unísono en esa misma dirección”. Está por ver si la idea de Bescansa y Álvarez consigue sentar a los miembros de Podemos a debatir al margen de las corrientes con las que se identifican, pero todo apunta a que la suerte de la idea dependerá de la que corran los encuentros en la cumbre entre los números uno y dos de la formación morada.