Así no, ministra

De verdad que lo he intentado, y no lo consigo. Quisiera apreciar el trabajo de un ministro o, para ponerle alma al asunto, quererle un poco. Quizá, llevada todavía por el espíritu navideño, incluso hasta me apeteciese sentar a uno a mi mesa, como se hacía con los pobres en las películas de Berlanga. Pero ocurre que los ministros (así, en genérico, sin cartera ni género) son como son, y erre que erre. Tienden a cabrear al personal, cuya capacidad de aguante empieza a dar síntomas de agotamiento, porque suelen originar lo contrario a lo querrían expresar: intranquilidad y desconfianza.

Eso es lo que ha conseguido Dolors Montserrat en 24 horas. Permítame, ministra, lo suyo ha sido una torpeza, aunque podamos convenir que lo de dirigir la Sanidad no debe de ser cosa sencilla. Ahora, sacar algo en claro de cuál es la intención real del Gobierno en un asunto tan delicado como el del copago farmacéutico (que no sanitario) resulta más difícil que resolver la conjetura de Hodge.

No se puede declarar una cosa por la mañana, negarla ¡en un tuit! casi a las diez de la noche, y medio afirmarlo (o medio desmentirlo, según se mire) al día siguiente con una salida por la tangente: “está en estudio” aunque “no está en la agenda del Gobierno”. Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. ¿En qué quedamos?

Si usted, como parece, es partidaria de introducir una fórmula por la que pague más quien tenga más, hable claro y ofrezca un debate sosegado y sin apriorismos, con el rigor y la prudencia que merece un tema tan complejo. Ya vendrán PSOE, Ciudadanos o el sursuncorda a dar el portazo a un PP en minoría. Pero sea coherente o, si no, calle. Otrosí, ministra: dijo lo que dijo, y está grabado.

¿Y qué dijo el lunes antes de enredarse como una madeja? Que no es justo que pague lo mismo por un fármaco un jubilado con unos ingresos de 18.000 euros al año que otro con 100.000, que hay mucha diferencia en medio y que quizá habría que pasar de tres a cinco tramos progresivos en función de la renta. Si esta es realmente su opinión, ¿a qué viene tanto vaivén? Habrá quien le dé la razón... Y también quien se la quite al entender que no se trata de una solución justa porque los ciudadanos ya pagan a lo largo de su vida laboral diferentes cotizaciones según sus retribuciones. ¿Qué dice a eso, ministra?

Ni tuits, ni canutazos, ni plasmas. Comunique, por favor.