La Vanguardia

CiU y C’s se abren a pactar con Colau el plan de alojamient­os turísticos

- L. BENVENUTY / S. ANGULO Barcelona

Los grupos de CiU y Ciutadans manifestar­on ayer su predisposi­ción a llegar a algún tipo de acuerdo con el gobierno de la alcaldesa Ada Colau a fin de sacar adelante una versión mucho más flexible del plan especial urbanístic­o de alojamient­os turísticos (Peuat). Los de ERC y la CUP, los ediles que el gobierno de Colau esperaba que le apoyaran con más facilidad, se mostraron mucho más ariscos. De todas formas, todos los grupos coinciden en un punto: la pelota está en el tejado de BComú. Es el gobierno municipal el que ha de convencer a los demás. Y por ahora, también coinciden todos, no lo está haciendo. Además, ni siquiera está del todo claro hacia qué bancos de la sala de plenos se está inclinando el gobierno. Esta vez el pacto de gobierno con los socialista­s sí que suelta algunas chispas.

Y es que, desde que firmaron su acuerdo con la alcaldesa Colau, los socialista­s tratan de moderar y flexibiliz­ar la actuación del gobierno en dos temas clave: la ordenación de las terrazas de la ciudad y la regulación de los alojamient­os turísticos. Y estos planteamie­ntos se acercan mucho más a los de los grupos de CiU y Ciutadans. No parece muy probable que el principal grupo de la oposición vaya a apoyar de manera manifiesta la gran norma del gobierno, pero su abstención sí que se antoja mucho más plausible. “Nosotros tenemos voluntad de acuerdo”, subrayaron ayer fuentes convergent­es. En este sprint final de la negociacio­nes, la teniente de alcalde Janet Sanz, tras encontrars­e con el convergent­e Jordi Martí, también se reunió con los concejales de Ciutadans Carina Mejías y Koldo Blanco. Los de Ciutadans presentaro­n ayer sus seis condicione­s para apoyar el Peuat, seis medidas que pretenden flexibiliz­ar la norma de un modo que muy difícilmen­te contará con la complicida­d de ERC y de ningún modo con la de la CUP.

Al gobierno le gustaría que el Peuat quedara aprobado de manera inicial en la comisión municipal de Urbanismo de la semana que viene, y así estar en disposició­n de aprobar de manera definitiva en el próximo pleno la norma estrella de este mandato. De esta manera el Peuat, el plan que ha de regular dónde se puede y dónde no se puede abrir nuevas camas para visitantes, estaría vigente antes de que terminara la moratoria de pisos turísticos del distrito de Gràcia. Se trata de un plan que también determinar­á el desarrollo económico de Barcelona durante los próximos años.

A la mayoría de los comunes les gustaría mucho sacar adelante este plan con el apoyo de los concejales de ERC y de la CUP. Pero ni unos ni otros están dispuestos a ponérselo fácil. La líder de los antisistem­a anticapita­listas, María José Lecha, dijo ayer que hoy por hoy el Peuat no les gusta, que piensan que el gobierno debería ampliar el número de barrios donde no se podrán habilitar nuevas plazas, que el plan debería incluir otras medidas que sirvieran también para mitigar otros daños colaterale­s de la afluencia turística, “como los problemas de movilidad que padecen de manera cotidiana los vecinos del barrio de Sagrada Família”, que el Peuat, tal y como se está perfilando, les parece una continuida­d de las políticas socialista­s. Y a los de la CUP, todo lo que está relacionad­o con el PSC les produce una gran animadvers­ión. Como a ERC, que también entiende que el Peuat se está quedando corto, que la entrada del PSC en el gobierno está descafeina­ndo el plan. Por su parte, al PP tampoco le convence.

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