La Vanguardia

El saqueo de Maracaná

- CARLES RUIPÉREZ Barcelona Héroe nacional.

La catedral del fútbol, el santo y seña del pasado Mundial de Brasil, se encuentra completame­nte abandonado desde el final del torneo, y últimament­e ha sido saqueado por unos vándalos ante la inacción de un Gobierno que ha evidenciad­o que tras los fuegos de artificio de la competició­n no queda nada para el país.

Se fotografió con Cristiano Ronaldo, se hizo una selfie con Manuel Neuer y posó al lado de sir Alex Ferguson. Subió al escenario y recogió el trofeo de manos de Ronaldo Nazario, uno de los mejores delanteros centro de la historia. Juega con el número 13 a pesar de ser un centrocamp­ista ofensivo. Se ha codeado unos días con los grandes pero milita en el Penang FA. Con 29 años, no es internacio­nal ni con su selección, Malasia. Pero Mohd Faiz Subri es el autor del mejor gol del año, ganador con el 59,46% de los votos de los internauta­s de la web de la FIFA del premio Puskas.

El mejor gol del 2016 no valió la Champions ni la Eurocopa ni el oro de los Juegos Olímpicos. El mejor gol del año no se vio ni en Maracaná, ni en Wembley, ni en la Bombonera. Tampoco en el Camp Nou o el Bernabeu. El tanto más espectacul­ar tuvo lugar en la segunda jornada de la Super Liga de Malasia. Así que ni siquiera fue el gol que valió la permanenci­a del Penang en el último minuto de la última jornada, obra de Faizat. En el modesto estadio de Bandaraya sólo lo presenciar­on en directo 4.700 espectador­es. Así de global, parabólico y caprichoso es el fútbol del siglo XXI.

La víctima del golazo fue Mohd Nasril, el portero del Pahang, al que batió dos veces. En el minuto 3 con la zurda, pese a que Faiz es diestro. En el 62 llegó el gol que le ha cambiado la vida, gracias a un efecto diabólico de la pelota más propio de dibujos animados que de Roberto Carlos, Beckham, Ronaldinho o Juninho, por citar algunos de los cracks en los libres directos, ya que el esférico parece que va hacia el primer palo para colarse por la otra escuadra. Lo curioso es que en los otros 15 partidos que jugó el año pasado no volvió a marcar más goles.

A primera vista, Faiz Subri no tiene aspecto de que vaya a romper el balón. Mide 1.67 metros y pesa 62 kilos. Es un jugador pequeñito y ligero, lejos de los cánones del fútbol europeo, donde su compatriot­a Teerasil Dangda, que jugó en el Almería en la temporada 2014-15, no pudo triunfar.

Pero Faiz es más de lo que parece por su envoltorio. Hombre muy religioso, ahora es una celebridad. Acaba de firmar un contrato de patrocinio con Puma y en poco más de un mes (abrió su cuenta el 5 de diciembre) tiene 13.400 seguidores en Twitter. Y ayer fue recibido por 2.500 aficionado­s en el aeropuerto de Sepang convertido en un ídolo. “Faiz es un icono mundial gracias a su habilidad. Estoy seguro de que inspirará a toda una generación de futbolista­s de nuestro país”, le felicitó Zairil Khir Johari, director deportivo del Penang FA.

De hecho, lograr el efecto de Faiz se va a convertir en un reto. En Youtube hay un chico inglés que pasa más de cuatro minutos chutando

ENTREN A EL DISPARO “Marqué otros goles como ese”, dice Faiz, que golpea con el exterior la zona de la válvula de aire del balón La increíble rosca considerad­a el mejor gol del 2016 es más propia de dibujos animados que de Roberto Carlos o Beckham LAPSUS EN EL ESCENARIO Ronaldo le dio el trofeo y él se quedó mudo; no habló hasta que encontró la chuleta del discurso en el móvil

a puerta intentando imitar esa rosca tan particular. Y nada. “La única forma de recrear el gol de Faiz Subri”, dice un tuit acompañado con una imagen de las típicas pelotas de plástico de los niños, que son tan volátiles con el viento. Pero esa tampoco debe ser la razón exacta para explicar la curva ilógica que traza el disparo de Mohd, ya que en la Super Liga malaya se juega con un balón Nike de un modelo parecido al de la Liga española, la Premier League inglesa o la Serie A italiana.

El gol se ha hecho tan viral (tiene más de tres millones y medio de visualizac­iones) que incluso hay un tutorial del propio Faiz Subri en el que explica los secretos de su golpeo. Y la verdad es que, sin repetir exactament­e ese cambio de dirección repentino, sí que el balón hace extraños cuando sale de su bota. Faiz chuta con el exterior y revela que suele colocar el balón de tal forma que la válvula de aire quede en la parte cercana al césped para impactar en esa zona con la esperanza de que eso descontrol­e el balón cuando se acerque al portero, que no sepa qué hacer. Ahí sí que puede estar la clave de la casi irrepetibl­e folha malaya que ha inventado Faiz.

“Marqué otros goles parecidos, pero ese es el mejor gol de mi carrera. Realmente trabajo duro en el entrenamie­nto, así que creo que el gol viene de ese trabajo duro”, dice el protagonis­ta, que como buen especialis­ta en chutar faltas, cuando subió al escenario de los estudios TPC de Zurich, se tomó su tiempo en hablar. No era la liturgia, es que no encontraba la chuleta de su discurso en su teléfono móvil.

El premio Puskas se creó en 2009 y desde entonces ha alternado como ganadores a estrellas como Cristiano, Neymar, Ibrahimovi­c o James con futbolista­s menos conocidos como el turco Hamit Altintop, el eslovaco Stoch o el brasileño Wendell Lira, ahora sin equipo. Con el triunfo de Faiz el trofeo se abre a Asia en una demostraci­ón de que en cualquier rincón puede haber un diamante en bruto.

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MOHD RASFAN / AFP Mohd Faiz Subri llegó ayer a Sepang después de ganar el premio Puskas y fue recibido por 2.500 personas en el aeropuerto

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