“Yes, we can; yes, we did”
Barack Obama se despide de los estadounidenses con un emotivo y optimista discurso en Chicago nos convirtamos nosotros mismos en sólo otro gran país que abusa de los más pequeños”.
En su último discurso, anteanoche en Chicago, Barack Obama se emocionó, repasó sus legislaturas y dio las gracias a quienes han permanecido a su lado. Pero sobre todo, el presidente hizo una lectura optimista de los retos que afronta la democracia y avisó a los que están por venir que la desigualdad, la xenofobia o el autoritarismo son incompatibles con los valores de EE.UU.
BALANCE PRESIDENCIAL
“Si hace ocho años os hubiera dicho que EE.UU. superaría una gran recesión, revitalizaría la industria del automóvil, daría rienda suelta a la mayor creación de empleo de nuestra historia... Si os hubiera dicho que abriríamos un nuevo capítulo con el pueblo cubano, que acabaríamos con las armas nucleares de Irán sin disparar un solo tiro, eliminaríamos al cerebro del 11-S... Si os hubiera dicho que ganaríamos el matrimonio gay, aseguraríamos la cobertura sanitaria de 20 millones de nuestros conciudadanos... Quizás me hubieseis dicho que apuntábamos demasiado alto.
Pero es lo que hemos hecho. Es lo que habéis hecho. Respondisteis a las esperanzas de la gente, y es por vosotros que, en casi todo, EE.UU. es un lugar mejor y más fuerte que cuando empezamos”.
DIVISIONES RACIALES
“Después de mi elección, se habló de un EE.UU. posracial. Esta visión, aunque bienintencionada, nunca fue realista. La raza sigue siendo una fuerza divisiva de nuestra sociedad (...). Para los negros y otras minorías, significa atarse a nuestras propias luchas, muy reales, para pedir justicia en muchos retos a los que se enfrenta mucha gente en este país: refugiados, inmigrantes, los pobres rurales, los transgénero, y también el hombre blanco de mediana edad que desde fuera parece que tenga todas las ventajas, pero que ha visto su mundo superado por el cambio económico, cultural y tecnológico. Debemos prestar atención.
Para los blancos, significa reconocer que los efectos de la esclavitud y Jim Crow (las leyes de la segregación racial) no se desvanecieron de repente en los sesenta; que cuando las minorías expresan su descontento no solamente quieren revertir el racismo o practicar la corrección política; que cuando protestan pacíficamente, no están pidiendo un trato especial, sino el trato igualitario que nuestros fundadores prometieron”.
CAMBIO CLIMÁTICO
“En sólo ocho años hemos reducido a la mitad nuestra dependencia del petróleo extranjero, doblado nuestras energías renovables y liderado el mundo en un acuerdo que promete salvar este planeta. Pero si no vamos más allá, nuestros hijos no tendrán tiempo de debatir la existencia del cambio climático, estarán ocupados lidiando con sus efectos: los desastres ecológicos, las alteraciones económicas, las olas de refugiados climáticos buscando protección. Ahora podemos y debemos discutir la mejor manera de abordar el problema. Pero negarlo no sólo traiciona a las futuras generaciones, traiciona el espíritu esencial de innovación y de resolución de los problemas prácticos que guió a nuestros fundadores”.
LOS VALORES DE ESTADOS UNIDOS
“Por eso rechazo la discriminación contra los musulmanes estadounidenses, que son tan patriotas como nosotros. Por eso no podemos abandonar en las luchas globales, expandir la democracia y los derechos huma- nos, los derechos de las mujeres, los derechos LGTB. No importa cuán imperfectos sean nuestros esfuerzos, no importa lo conveniente que parezca ignorar estos valores. Si el alcance de la libertad y el respeto por el Estado de derecho se contrae a lo largo del mundo, la probabilidad de una guerra dentro y entre las naciones se incrementa, y nuestras propias libertades eventualmente se verán amenazadas.
Por eso: seamos vigilantes, pero no tengamos miedo. El Estado Islámico intentará matar a gente inocente. Pero no podrán derrotar a EE.UU. a no ser que traicionemos nuestra Constitución y nuestros principios en la lucha. Rivales como Rusia o China no podrán igualar nuestra influencia en el mundo a no ser que nos rindamos en nuestros principios, y
AGRADECIMIENTOS
“Michelle La Vaughn Robinson, la chica del South Side, durante los últimos 25 años no sólo has sido mi mujer y la madre de mis hijas, has sido mi mejor amiga. Te hiciste cargo de un papel que nunca pediste y lo hiciste tuyo con elegancia y agallas, y estilo y buen humor. Has hecho de la Casa Blanca un lugar que pertenece a todo el mundo.
Malia y Sasha, bajo las circunstancias más extrañas, os habéis convertido en dos asombrosas jóvenes, listas y bonitas, pero lo más importante, buenas y consideradas y llenas de pasión (…) De todo lo que he hecho en mi vida, lo que más me enorgullece es ser vuestro padre. A Joe Biden, el chico peleón de Scranton que se convirtió en el hijo favorito de Delaware: fuiste la primera elección que hice cuando me nominaron, y has sido la mejor elección. No sólo porque has sido un gran vicepresidente, sino porque en el trato he ganado a un hermano. Os queremos a ti y a Jill como familia y vuestra amistad ha sido una de las grandes alegrías de nuestra vida”.
EL MOMENTO FINAL
“Mis compatriotas, ha sido el honor de mi vida serviros. No pararé de hacerlo, de hecho. Estaré ahí a vuestro lado, como ciudadano, durante el resto de mis días. Os estoy pidiendo que creáis. No en mi habilidad de llevar a cabo un cambio, sino en la vuestra. Os estoy pidiendo que os agarréis a la fe escrita en nuestros documentos fundadores, a la idea que suspiraban los esclavos y abolicionistas, al espíritu cantado por inmigrantes y colonos y aquellos que se manifestaron por la justicia, a la creencia reafirmada por aquellos que clavaron banderas de campos de batalla extranjeros, en la superficie de la Luna, una creencia en el corazón de cada estadounidense cuya historia todavía no ha sido escrita. Yes, we can (Sí, podemos) Yes, we did (Sí, lo hicimos) Yes, we can (Sí, podemos)”