Alemania recibió 280.000 refugiados en 2016, un tercio de los llegados en 2015
Alemania recibió el año pasado a 280.000 solicitantes de asilo, lo que supone una tercera parte de los que recibió en el 2015, en que registró la cifra récord de 890.000 peticionarios, llegados sobre todo cuando la canciller, Angela Merkel, les abrió las fronteras por razones humanitarias. Estas cifras oficiales –presentadas en rueda de prensa ayer en Berlín por el ministro del Interior, Thomas de Maizière– reflejan cómo el flujo de llegadas se frenó en el 2016, principalmente a partir de marzo, tras el acuerdo de contención alcanzado por la UE con Turquía, que condujo al cierre de la llamada ‘ruta de los Balcanes’ por la que los refugiados transitaban hacia el centro de Europa.
“Es la prueba de que las medidas tomadas por el Gobierno alemán y la Unión Europea han funcionado; esos flujos migratorios pueden ser regulados y controlados”, argu- mentó el ministro De Maizière, quien con todo defendió que Alemania no se ha blindado, pues es uno de los países occidentales con más peticionarios, y “cumple con la legalidad y con su obligación humanitaria”. Los principales países de origen de los peticionarios de 2016 fueron Siria (36% de las solicitudes), Afganistán (17%) e Irak (13%).
Frank-Jürgen Weise, presidente de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF), indicó que el número de de solicitudes de asilo presentadas el año pasado fue de 745.545, es decir, muchas más del número oficial de llegadas. Esa diferencia se debe a que en el 2015 la avalancha de refugiados colapsó a la administración, y muchos migrantes no lograron tramitar su solicitud hasta el 2016.
A su llegada a Alemania, los aspirantes a obtener asilo son inscritos en centros de primera acogida, y realojados luego en otros centros o albergues, donde suelen esperar meses hasta poder presentar la solicitud de asilo. La BAMF ha cuadruplicado su personal en los últimos dos años, pero su volumen de trabajo es ingente. También los funcionarios de migraciones en los estados federados y en los Ayuntamientos están desbordados.
De Maizière reivindicó que, de los 695.733 expedientes que la BAMF resolvió en 2016, en el 62% de los casos (433.920 personas) se concedió algún tipo de protección. Respecto a las salidas de Alemania, el ministro democristiano explicó que de los en torno a 80.000 solicitantes a quienes se denegó el asilo, 55.000 se marcharon de modo voluntario, y otros 25.000 fueron expulsados, cifras que, según De Maizière, son “demasiado bajas”.
El asunto de los refugiados ha erosionado la popularidad de Angela Merkel, que en las elecciones del próximo septiembre aspira a un cuarto mandato de canciller, y ha dado alas al partido populista derechista antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD).